Gefunden 388 Ergebnisse für: Voy

  • Yahveh me dijo: Hijo de hombre, presta atención, mira bien y escucha con cuidado lo que te voy a decir acerca de todas las disposiciones de la Casa de Yahveh y de todas sus leyes. Te fijarás bien en lo que respecta a la admisión en la Casa y a la exclusión del santuario. (Ezequiel 44, 5)

  • Luego dijo: «Mira, voy a manifestarte lo que ocurrirá al fin de la Ira, porque el Fin está fijado. (Daniel 8, 19)

  • Y me dijo: «Daniel, hombre de las predilecciones, comprende las palabras que voy a decirte, e incorpórate, porque yo he sido enviado ahora donde ti.» Al decirme estas palabras me incorporé temblando. (Daniel 10, 11)

  • Pero voy a revelarte lo que está consignado en el Libro de la Verdad. Nadie me presta ayuda para esto, excepto Miguel, vuestro Príncipe, (Daniel 10, 21)

  • Pero ahora voy a revelarte la verdad. «Mira: En Persia habrá todavía tres reyes; el cuarto tendrá más riquezas que todos ellos, y cuando por su riqueza se haya hecho poderoso provocará a todos los reinos de Yaván. (Daniel 11, 2)

  • tú sabes que éstos han levantado contra mí falso testimonio. Y ahora voy a morir, sin haber hecho nada de lo que su maldad ha tramado contra mí.» (Daniel 13, 43)

  • perseguirá a sus amantes y no los alcanzará, los buscará y no los hallará. Entonces dirá: «Voy a volver a mi primer marido, que entonces me iba mejor que ahora.» (Oseas 2, 9)

  • Por eso yo voy a seducirla; la llevaré al desierto y hablaré a su corazón. (Oseas 2, 16)

  • Los príncipes de Judá son como los que desplazan los linderos, sobre ellos voy a derramar como agua mi furor. (Oseas 5, 10)

  • Voy a volverme a mi lugar, hasta que hayan expiado y busquen mi rostro. En su angustia me buscarán. (Oseas 5, 15)

  • aunque los compre entre las naciones, yo los voy a reunir ahora y pronto sufrirán bajo la carga del rey de príncipes. (Oseas 8, 10)

  • Voy a venir a visitarlos, y se aliarán pueblos contra ellos, cuando sean visitados por su doble culpa. (Oseas 10, 10)


“Amar significa dar aos outros – especialmente a quem precisa e a quem sofre – o que de melhor temos em nós mesmos e de nós mesmos; e de dá-lo sorridentes e felizes, renunciando ao nosso egoísmo, à nossa alegria, ao nosso prazer e ao nosso orgulho”. São Padre Pio de Pietrelcina