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  • ¡Escultores de ídolos! Todos ellos son vacuidad; de nada sirven sus obras más estimadas; sus testigos nada ven y nada saben, y por eso quedarán abochornados. (Isaías 44, 9)

  • Sirven ellos para que la gente haga fuego. Echan mano de ellos para calentarse. O encienden lumbre para cocer pan. O hacen un dios, al que se adora, un ídolo para inclinarse ante él. (Isaías 44, 15)

  • Sus hilos no sirven para vestido ni con sus tejidos se pueden cubrir. Sus obras son obras inicuas y acciones violentas hay en sus manos. (Isaías 59, 6)

  • Pero he aquí que vosotros fiáis en palabras engañosas que de nada sirven, (Jeremías 7, 8)

  • Así como es incontable el ejército de los cielos, e incalculable la arena de la mar, así multiplicaré el linaje de mi siervo David y de los levitas que me sirven. (Jeremías 33, 22)

  • Pues hay algunos judíos a quienes has encargado de la administración de la provincia de Babilonia: Sadrak, Mesak y Abed Negó, que no te hacen caso, oh rey; no sirven a tu dios ni adoran la estatua de oro que has erigido.» (Daniel 3, 12)

  • Y hoy no podemos abrir nuestra boca, la vergüenza y el oprobio han alcanzado a los que te sirven y te adoran. (Daniel 3, 33)

  • Y él se burla de los reyes, los soberanos le sirven de irrisión; se ríe de toda fortaleza, levanta un terraplén y la toma. (Habacuc 1, 10)

  • y le dice: «Todos sirven primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el inferior. Pero tú has guardado el vino bueno hasta ahora.» (Juan 2, 10)

  • pues esos tales no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a su propio vientre, y, por medio de suaves palabras y lisonjas, seducen los corazones de los sencillos. (Romanos 16, 18)

  • ¿No sabéis que los ministros del templo viven del templo? ¿Que los que sirven al altar, del altar participan? (I Corintios 9, 13)

  • Así pues, las lenguas sirven de señal no para los creyentes, sino para los infieles; en cambio la profecía, no para los infieles, sino para los creyentes. (I Corintios 14, 22)


“Cada Missa lhe obtém um grau mais alto de gloria no Céu!” São Padre Pio de Pietrelcina