Gefunden 490 Ergebnisse für: Libro de Reyes
No hemos escuchado a tus siervos los profetas que en tu nombre hablaban a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres, a todo el pueblo de la tierra. (Daniel 9, 6)
Yahveh, a nosotros la vergüenza, a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres, porque hemos pecado contra ti. (Daniel 9, 8)
El Príncipe del reino de Persia me ha hecho resistencia durante veintiún días, pero Miguel, uno de los Primeros Príncipes, ha venido en mi ayuda. Le he dejado allí junto a los reyes de Persia (Daniel 10, 13)
Pero voy a revelarte lo que está consignado en el Libro de la Verdad. Nadie me presta ayuda para esto, excepto Miguel, vuestro Príncipe, (Daniel 10, 21)
Pero ahora voy a revelarte la verdad. «Mira: En Persia habrá todavía tres reyes; el cuarto tendrá más riquezas que todos ellos, y cuando por su riqueza se haya hecho poderoso provocará a todos los reinos de Yaván. (Daniel 11, 2)
«En cuanto a los dos reyes, su corazón lleno de maldad, incluso sentados a la misma mesa, sólo se dirán mentiras; pero no lograrán nada, porque el tiempo fijado está aún por venir. (Daniel 11, 27)
«En aquel tiempo surgirá Miguel, el gran Príncipe que defiende a los hijos de tu pueblo. Será aquél un tiempo de angustia como no habrá habido hasta entonces otro desde que existen las naciones. En aquel tiempo se salvará tu pueblo: todos los que se encuentren inscritos en el Libro. (Daniel 12, 1)
«Y tú, Daniel, guarda en secreto estas palabras y sella el libro hasta el tiempo del Fin. Muchos andarán errantes acá y allá, y la iniquidad aumentará.» (Daniel 12, 4)
Palabra de Yahveh que fue dirigida a Oseas, hijo de Beerí, en tiempo de Ozías, Jotam, Ajaz y Ezequías, reyes de Judá, y en tiempo de Jeroboam, hijo de Joás, rey de Israel. (Oseas 1, 1)
Todos están calientes como un horno, y devoran a sus propios jueces. Todos sus reyes han caído, y ninguno entre ellos clama a mí. (Oseas 7, 7)
Han puesto reyes sin contar conmigo, han puesto príncipes sin saberlo yo. Con su plata y su oro se han hecho ídolos, ¡para ser encarcelados! (Oseas 8, 4)
Palabra de Yahveh que fue dirigida a Miqueas de Moréset, en tiempo de Jotam, Ajaz y Ezequías, reyes de Judá. Sus visiones sobre Samaria y Jerusalén. (Miqueas 1, 1)