Gefunden 132 Ergebnisse für: Enemigo

  • Al verlo, sus hombres que huían volvieron a él y con él persiguieron al enemigo hasta su campamento en Kedes y acamparon allí. (I Macabeos 11, 73)

  • Envió exploradores al campamento enemigo y supo por ellos, a su vuelta, que los enemigos estaban dispuestos para caer sobre ellos a la noche. (I Macabeos 12, 26)

  • Entraron en ella el día veintitrés del segundo mes del año 171 con aclamaciones y ramos de palma, con liras, címbalos y arpas, con himnos y cantos, porque un gran enemigo había sido vencido y expulsado de Israel. (I Macabeos 13, 51)

  • Juan con sus tropas tomó posiciones frente al enemigo y advirtiendo que sus tropas tenían miedo de pasar el torrente, lo pasó él el primero, y sus hombres, al verle, pasaron detrás de él. (I Macabeos 16, 6)

  • «Si tienes algún enemigo conspirador contra el Estado, mándalo allá y te volverá molido a azotes, si es que salva su vida, porque te aseguro que rodea a aquel Lugar una fuerza divina. (II Macabeos 3, 38)

  • Llegando de improviso, incendiaba ciudades y pueblos; después de ocupar las posiciones estratégicas, causaba al enemigo grandes pérdidas. (II Macabeos 8, 6)

  • y, postrándose delante del Altar, a su pie, pedían a Dios que, mostrándose propicio con ellos, se hiciera enemigo de sus enemigos y adversario de sus adversarios, como declara la Ley. (II Macabeos 10, 26)

  • los hombres de Judas entablaron combate con el enemigo entre invocaciones y plegarias. (II Macabeos 15, 26)

  • No te alegres por la caída de tu enemigo, no se goce tu corazón cuando se hunde; (Proverbios 24, 17)

  • Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer, si tiene sed, dale de beber; (Proverbios 25, 21)

  • Leales son las heridas del amigo, falsos los besos del enemigo. (Proverbios 27, 6)

  • Ni en lo grande ni en lo pequeño yerres, ni de amigo te vuelvas enemigo. (Eclesiástico 5, 15)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina