Gefunden 82 Ergebnisse für: tesoro escondido

  • La iniquidad de Efraím está guardada bajo sello, su pecado, escondido en lugar seguro. (Oseas 13, 12)

  • Por más que Efraím prospere entre sus hermanos, llegará el viento del este, el soplo del Señor, que sube del desierto, y se agotará su fuente, se secará su manantial. Él despojará el tesoro de todos los objetos preciosos. (Oseas 13, 15)

  • Pero el Señor me dijo: "¡Echa al Tesoro ese lindo precio en que he sido valuado por ellos!". Yo tomé los treinta siclos de plata y los eché en el Tesoro de la Casa del Señor. (Zacarías 11, 13)

  • Lleven el diezmo íntegro a la casa del Tesoro, para que haya alimento en mi Casa. Sométanme a esta prueba, dice el Señor de los ejércitos, y verán si no les abro las compuertas del cielo y derramo para ustedes la bendición en abundancia. (Malaquías 3, 10)

  • Allí donde esté tu tesoro, estará también tu corazón. (Mateo 6, 21)

  • El hombre bueno saca cosas buenas de su tesoro de bondad; y el hombre malo saca cosas malas de su tesoro de maldad. (Mateo 12, 35)

  • El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo; un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra el campo. (Mateo 13, 44)

  • «Si quieres ser perfecto, le dijo Jesús, ve, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres: así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme». (Mateo 19, 21)

  • Si les dicen: "El Mesías está en el desierto", no vayan; o bien: "Está escondido en tal lugar", no lo crean. (Mateo 24, 26)

  • Los sumos sacerdotes, juntando el dinero, dijeron: «No está permitido ponerlo en el tesoro, porque es precio de sangre». (Mateo 27, 6)

  • Jesús lo miró con amor y le dijo: «Sólo te falta una cosa: ve, vende lo que tienes y dalo a los pobres; así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme». (Marcos 10, 21)

  • Jesús se sentó frente a la sala del tesoro del Templo y miraba cómo la gente depositaba su limosna. Muchos ricos daban en abundancia. (Marcos 12, 41)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina