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"Quiero que me hagas un regalo, le respondió. Ya que me has mandado al territorio del Négueb, concédeme al menos un manantial". Y él le dio el manantial de Arriba y el manantial de Abajo. (Josué 15, 19)
"Quiero que me hagas un regalo, le respondió; ya que me has mandado al territorio del Négueb, concédeme al menos un manantial". Y él le dio el manantial de Arriba y el manantial de Abajo. (Jueces 1, 15)
Entonces el Señor dijo a Gedeón: "La gente que te acompaña es demasiado numerosa para que yo ponga a Madián en sus manos. No quiero que Israel se gloríe a expensas mías, diciendo: ‘Es mi mano la que me salvó’. (Jueces 7, 2)
Después de un tiempo, mientras se cosechaba el trigo, Sansón fue a visitar a su mujer, llevando un cabrito, y dijo: "Quiero estar a solas con mi mujer en la habitación". Pero el padre de ella no lo dejó entrar, (Jueces 15, 1)
El Señor dijo a Samuel: "¿Hasta cuándo vas a estar lamentándote por Saúl, si yo lo he rechazado para que no reine más sobre Israel? ¡Llena tu frasco de aceite y parte! Yo te envío a Jesé, el de Belén, porque he visto entre sus hijos al que quiero como rey". (I Samuel 16, 1)
Luego David añadió: "No tengas miedo. Quiero darte una prueba de fidelidad, por amor a tu padre Jonatán. Voy a devolverte todas las tierras de tu antepasado Saúl, y tú compartirás siempre la mesa conmigo". (II Samuel 9, 7)
Absalón replicó a Joab: "Yo te mandé a decir que vinieras, a fin de enviarte al rey con este mensaje: ‘¿Para qué he vuelto de Guesur? ¡Más me valdría estar todavía allí! Ahora quiero comparecer ante el rey, y si tengo alguna culpa, que me haga morir’". (II Samuel 14, 32)
para prepararme madera en abundancia, porque la Casa que quiero construir será grande y digna de admiración. (II Crónicas 2, 8)
Ahora yo quiero hacer una alianza con el Señor, el Dios de Israel, para que aparte de nosotros el ardor de su ira. (II Crónicas 29, 10)
Aquel día, Sara se entristeció mucho, se puso a llorar y subió a la habitación de su padre, con la intención de ahorcarse. Pero luego pensó: "¿Y si esto da motivo a que insulten a mi padre y le digan: ‘Tú no tenías más que una hija querida, y ella se ha ahorcado por sus desgracias’? No quiero que por culpa mía mi anciano padre baje a la tumba lleno de tristeza. Mejor será que no me ahorque, sino que pida al Señor que me haga morir. Así no oiré más insultos en mi vida". (Tobías 3, 10)
Y ahora, quiero hacerte saber que yo dejé en depósito a Gabael, hijo de Gabrí, en Ragués de Media, diez talentos de plata. (Tobías 4, 20)
Tobías entró a avisar a su padre que había encontrado a uno de sus hermanos israelitas. Y Tobit le dijo: "Preséntamelo, para que yo sepa a qué familia y a qué tribu pertenece. Quiero saber si se puede confiar en él para que te acompañe". Tobías salió a llamarlo y le dijo: "Amigo, mi padre te llama". (Tobías 5, 9)