Gefunden 12 Ergebnisse für: palomas

  • El Amado: ¡Qué hermosa eres, amada mía, qué hermosa eres! ¡Tus ojos son palomas! (Cantar 1, 15)

  • El Amado: ¡Qué hermosa eres, amada mía, qué hermosa eres! Tus ojos son palomas, detrás de tu velo. Tus cabellos, como un rebaño de cabras que baja por las laderas de Galaad. (Cantar 4, 1)

  • Sus ojos son dos palomas junto a una corriente de agua, que se bañan en leche y se posan sobre un estanque. (Cantar 5, 12)

  • Todos nosotros gruñimos como osos, gemimos sin cesar como palomas. Esperábamos el juicio, ¡y nada!, la salvación, y está lejos de nosotros. (Isaías 59, 11)

  • ¿Quiénes son esos que vuelan como una nube, como palomas a su palomar? (Isaías 60, 8)

  • Los sobrevivientes huirán, y estarán en las montañas como las palomas de los valles; y todos morirán, cada uno por su culpa. (Ezequiel 7, 16)

  • La Estatua es retirada y llevada al exilio; sus servidoras gimen como palomas y se golpean el pecho. (Nahún 2, 8)

  • Yo los envío como a ovejas en medio de lobos: sean entonces astutos como serpientes y sencillos como palomas. (Mateo 10, 16)

  • Después Jesús entró en el Templo y echó a todos los que vendían y compraban allí, derribando las mesas de los cambistas y los asientos de los vendedores de palomas. (Mateo 21, 12)

  • Cuando llegaron a Jerusalén, Jesús entró en el Templo y comenzó a echar a los que vendían y compraban en él. Derribó las mesas de los cambistas y los puestos de los vendedores de palomas, (Marcos 11, 15)

  • y encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas y a los cambistas sentados delante de sus mesas. (Juan 2, 14)

  • y dijo a los vendedores de palomas: «Saquen esto de aquí y no hagan de la casa de mi Padre una casa de comercio». (Juan 2, 16)


“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina