Gefunden 20 Ergebnisse für: naves

  • Zabulón habitará en la ribera del mar, que servirá de puerto a las naves, y sus fronteras llegarán hasta Sidón. (Génesis 49, 13)

  • Galaad vive tranquilo al otro lado del Jordán y Dan ¿por qué se queda en las naves? Aser habita a la orilla del mar y vive tranquilo en sus embarcaderos. (Jueces 5, 17)

  • Porque el rey tenía en el mar una flota mercante, junto con la flota de Jirám, y una vez cada tres años las naves llegaban cargadas de oro, plata, marfil, monos y pavos reales. (I Reyes 10, 22)

  • Entonces Ocozías, hijo de Ajab, dijo a Josafat: "Que mis servidores vayan con los tuyos en las naves". Pero Josafat no aceptó. (I Reyes 22, 50)

  • Porque el rey disponía de una flota que iba a Tarsis con los servidores de Jirám, y una vez cada tres años las naves de alta mar llegaban cargadas de oro, plata, marfil, monos y pavos reales. (II Crónicas 9, 21)

  • como cuando el viento del desierto destroza las naves de Tarsis. (Salmos 48, 8)

  • Por él transitan las naves, y ese Leviatán que tú formaste para jugar con él. (Salmos 104, 26)

  • Los enemigos no recibirán trigo, ni armas, ni dinero, ni naves. Así lo ha establecido Roma. Observarán sus compromisos sin ninguna compensación. (I Macabeos 8, 26)

  • Sus agresores no recibirán trigo, ni armas, ni dinero, ni naves. Así lo ha establecido Roma. Observarán sus compromisos con lealtad". (I Macabeos 8, 28)

  • Las adornó, rodeándolas de grande columnas y sobre estas colocó escudos con armas, en recuerdo eterno. Junto a las armas, hizo esculpir unas naves, para que las vieran los que navegan por el mar. (I Macabeos 13, 29)

  • contra todas las naves de Tarsis, contra todos los barcos suntuosos. (Isaías 2, 16)

  • Oráculo sobre Tiro. ¡Giman, naves de Tarsis, porque su puerto ha sido devastado! Cuando llegaban de Quitím, recibieron el anuncio. (Isaías 23, 1)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina