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  • Si el camino es demasiado largo para que puedas transportar el diezmo -porque el lugar que el Señor elija te queda muy lejos- cuando él te haya bendecido, (Deuteronomio 14, 24)

  • Entonces el Señor me dijo: "Lo que acaban de decir está muy bien. (Deuteronomio 18, 17)

  • Es preciso evitar que el vengador del homicidio persiga lleno de furor al homicida, lo alcance -ya que el camino es muy largo- y le quite la vida, siendo así que no es reo de muerte, porque nunca fue enemigo de su víctima. (Deuteronomio 19, 6)

  • Así tratarás a todas las ciudades que estén muy alejadas de ti y que no pertenezcan a las naciones vecinas. (Deuteronomio 20, 15)

  • Cuando se produzcan casos de lepra, cuida muy bien de hacer exactamente lo que les indiquen los sacerdotes levitas. Pongan cuidado en practicar lo que yo les he mandado. (Deuteronomio 24, 8)

  • Si escuchas la voz del Señor, tu Dios, y te empeñas en practicar todos los mandamientos que hoy te prescribo, él te pondrá muy por encima de todas las naciones de la tierra. (Deuteronomio 28, 1)

  • Sembrarás en tus campos mucha semilla, pero cosecharás muy poco, porque la devorará la langosta. (Deuteronomio 28, 38)

  • Ustedes saben muy bien que nosotros estuvimos en Egipto, y que luego pasamos por varias otras naciones. (Deuteronomio 29, 15)

  • No, la palabra está muy cerca de ti, en tu boca y en tu corazón, para que la practiques. (Deuteronomio 30, 14)

  • Porque yo conozco muy bien tu rebeldía y tu obstinación. Y si ahora que estoy todavía con ustedes, son tan rebeldes al Señor, ¡cuánto más lo serán después de mi muerte! (Deuteronomio 31, 27)

  • Ellos le respondieron: "Nosotros, tus servidores, venimos de un país muy lejano, atraídos por el renombre del Señor, tu Dios. Porque hemos oído hablar de él, de todo lo que hizo en Egipto, (Josué 9, 9)

  • Josué hizo comparecer a los gabaonitas y les dijo: "¿Por qué ustedes nos han engañado asegurando que vivían muy lejos de nosotros, cuando en realidad viven aquí, en las inmediaciones? (Josué 9, 22)


“Você deve ter sempre prudência e amor. A prudência tem olhos; o amor tem pernas. O amor, como tem pernas, gostaria de correr a Deus. Mas seu impulso de deslanchar na direção dEle é cego e, algumas vezes, pode tropeçar se não for guiado pela prudência, que tem olhos.” São Padre Pio de Pietrelcina