Gefunden 383 Ergebnisse für: historia de jacob

  • Cuando ellas terminaron de devorar la hierba del país yo dije: "Perdona, Señor, por favor. ¿Cómo subsistirá Jacob? ¡Es tan pequeño!". (Amós 7, 2)

  • Yo dije: "Basta, Señor, por favor. ¿Cómo subsistirá Jacob? ¡Es tan pequeño!". (Amós 7, 5)

  • El Señor lo ha jurado por el orgullo de Jacob: Jamás olvidaré ninguna de sus acciones. (Amós 8, 7)

  • Los ojos del Señor están puestos en ese reino pecador, para exterminarlo de la faz de la tierra. Pero yo no exterminaré completamente a la casa de Jacob -oráculo del Señor-. (Amós 9, 8)

  • por la violencia contra tu hermano Jacob, la vergüenza te cubrirá y tú serás extirpado para siempre. (Abdías 1, 10)

  • Pero sobre la montaña de Sión habrá refugiados -ese será un lugar santo- y la casa de Jacob reconquistará sus posesiones. (Abdías 1, 17)

  • ¡La casa de Jacob será un fuego, la casa de José, una llama y la casa de Esaú, la paja! La abrasarán y la consumirán, y no habrá sobrevivientes en la casa de Esaú, porque ha hablado el Señor. (Abdías 1, 18)

  • Todo esto, por la rebeldía de Jacob, por el pecado de la casa de Israel. ¿Cuál es la rebeldía de Jacob? ¿No es acaso Samaría? ¿Y cuál es el pecado de Judá? ¿No es acaso Jerusalén? (Miqueas 1, 5)

  • ¿Acaso ha sido maldecida la casa de Jacob? ¿Se ha agotado la paciencia del Señor? ¿Es esa su manera de obrar? ¿No habla con benevolencia al que camina con rectitud?". (Miqueas 2, 7)

  • Sí, yo voy a reunir a todo Jacob, voy a congregar al resto de Israel; los juntaré como a ovejas en un corral, como a un rebaño en medio de su pastizal: ¡será una ruidosa multitud de hombres! (Miqueas 2, 12)

  • Después dije: ¡Escuchen, jefes de Jacob y magistrados de la casa de Israel! ¿No les corresponde a ustedes conocer el derecho, (Miqueas 3, 1)

  • Yo, en cambio, gracias al espíritu del Señor, estoy lleno de fuerza, de justicia y de coraje, para denunciar su rebeldía a Jacob y su pecado a Israel. (Miqueas 3, 8)


“É doce o viver e o penar para trazer benefícios aos irmãos e para tantas almas que, vertiginosamente, desejam se justificar no mal, a despeito do Bem Supremo.” São Padre Pio de Pietrelcina