Gefunden 36 Ergebnisse für: esperan

  • Apenas ella terminó de hablar, el joven dijo: "¿Qué esperan? Yo no obedezco el decreto del rey, sino las prescripciones de la Ley que fue dada a nuestros padres por medio de Moisés. (II Macabeos 7, 30)

  • No conocen los secretos de Dios, no esperan retribución por la santidad, ni valoran la recompensa de las almas puras. (Sabiduría 2, 22)

  • y como ellos ponen su confianza en ídolos sin vida, no esperan ningún daño de sus falsos juramentos. (Sabiduría 14, 29)

  • Estallido de enojo, infamia y una gran vergüenza esperan al hombre que es mantenido por su mujer. (Eclesiástico 25, 22)

  • Entonces, me acordé de tu misericordia, Señor, y de tus acciones desde los tiempos remotos, porque tú libras a los que esperan en ti y los salvas de las manos de sus enemigos. (Eclesiástico 51, 8)

  • A pesar de todo, el Señor espera para apiadarse de ustedes; a pesar de todo, él se levantará para tenerles compasión: porque el Señor es un Dios de justicia. ¡Felices todos los que esperan en él! (Isaías 30, 18)

  • No, el Abismo no te da gracias, la Muerte no te alaba, los que bajan a la Fosa no esperan en tu fidelidad. (Isaías 38, 18)

  • Pero los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas, despliegan alas como las águilas; corren y no se agotan, avanzan y no se fatigan. (Isaías 40, 31)

  • Tendrás a reyes como tutores y sus princesas serán tus nodrizas. Se postrarán ante ti con el rostro en tierra y lamerán el polvo de tus pies. Así sabrás que yo soy el Señor y que no se avergonzarán los que esperan en mí. (Isaías 49, 23)

  • estará cerca mi justicia, mi salvación aparecerá como la luz y mis brazos juzgarán a los pueblos; las costas lejanas esperan en mí y ponen su esperanza en mi brazo. (Isaías 51, 5)

  • que nadie había escuchado jamás, ningún oído oyó, ningún ojo vio a otro Dios, fuera de ti, que hiciera tales cosas por los que esperan en él. (Isaías 64, 3)

  • El Señor es bondadoso con los que esperan en él, con aquellos que lo buscan. (Lamentaciones 3, 25)


“Não desperdice suas energias em coisas que geram preocupação, perturbação e ansiedade. Uma coisa somente é necessária: elevar o espírito e amar a Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina