Gefunden 50 Ergebnisse für: escucho

  • Pero pedimos auxilio al Señor, y él escuchó nuestra voz y nos envió un Ángel que nos sacó de Egipto. Ahora estamos en Cades, la población que está al borde de tu territorio. (Números 20, 16)

  • Cuando ustedes regresaron, se pusieron a llorar delante del Señor, pero él no los escuchó ni les hizo caso. (Deuteronomio 1, 45)

  • Pero por culpa de ustedes, el Señor se irritó contra mí y no me escuchó, sino que me dijo: "¡Basta! no vuelvas a hablarme de ese asunto. (Deuteronomio 3, 26)

  • Porque yo sentía un gran temor ante la ira y la indignación del Señor que se había desatado contra ustedes, hasta el punto de querer aniquilarlos. Pero él me escuchó una vez más. (Deuteronomio 9, 19)

  • Yo estuve en la montaña cuarenta días y cuarenta noches, como lo había estado la vez anterior, y también esa vez me escuchó el Señor. Él no quiso destruirte, (Deuteronomio 10, 10)

  • Entonces pedimos auxilio al Señor, el Dios de nuestros padres, y él escuchó nuestra voz. Él vio nuestra miseria, nuestro cansancio y nuestra opresión, (Deuteronomio 26, 7)

  • Dios escuchó la voz de Manóaj, y el Ángel de Dios se presentó otra vez a la mujer, mientras se encontraba en el campo y su marido no estaba con ella. (Jueces 13, 9)

  • Entonces Samuel tomó un corderito y lo ofreció entero en holocausto al Señor. Luego clamó al Señor en favor de Israel, y el Señor lo escuchó. (I Samuel 7, 9)

  • Samuel escuchó todas las palabras del pueblo y las repitió en presencia del Señor. (I Samuel 8, 21)

  • Mientras estaba hablando con ellos, subió del frente filisteo el luchador llamado Goliat, el filisteo de Gat. Pronunció las mismas palabras, y David lo escuchó. (I Samuel 17, 23)

  • Él se le acercó y la mujer le dijo: "¿Tú eres Joab?". "Sí, soy yo", respondió él. Ella continuó diciendo: "¡Escucha las palabras de tu servidora!". Joab respondió: "Te escucho". (II Samuel 20, 17)

  • Pero en mi angustia invoqué al Señor, grité a mi Dios pidiendo auxilio, y él escuchó mi voz desde su Templo, mi grito llegó hasta sus oídos. (II Samuel 22, 7)


“O santo silêncio nos permite ouvir mais claramente a voz de Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina