Gefunden 29 Ergebnisse für: designios

  • Ellos verán el fin del sabio, pero no comprenderán los designios del Señor sobre él ni porque lo ha puesto en lugar seguro; (Sabiduría 4, 17)

  • Porque el Señor les ha dado el dominio, y el poder lo han recibo del Altísimo: él examinará las obras de ustedes y juzgará sus designios. (Sabiduría 6, 3)

  • ¿Qué hombre puede conocer los designios de Dios o hacerse una idea de lo que quiere el Señor? (Sabiduría 9, 13)

  • ¿A quién fue revelada la raíz de la sabiduría y quién conoció sus secretos designios? (Eclesiástico 1, 6)

  • Pero no se reflexiona en estas cosas ¿y quién presta atención a sus designios? (Eclesiástico 16, 20)

  • No consultes al que te subestima, y al que tiene celos de ti, ocúltale tus designios. (Eclesiástico 37, 10)

  • Él sondea el abismo y el corazón, y penetra en sus secretos designios, porque el Altísimo posee todo el conocimiento y observa los signos de los tiempos. (Eclesiástico 42, 18)

  • El espíritu de Egipto se desvanecerá en su interior, yo confundiré sus designios, y ellos consultarán a ídolos y encantadores, a nigromantes y adivinos. (Isaías 19, 3)

  • Señor, tú eres mi Dios, yo te exalto, doy gracias a tu Nombre. Porque tú has realizado designios admirables, firmemente establecidos desde tiempos antiguos. (Isaías 25, 1)

  • Tendí mis manos incesantemente hacia un pueblo rebelde, que va por un mal camino, tras sus propios designios. (Isaías 65, 2)

  • Escucha, tierra: Yo atraigo sobre este pueblo una desgracia, fruto de sus propios designios, porque no han atendido a mis palabras y han despreciado mi Ley. (Jeremías 6, 19)

  • Pero ellos no escucharon ni inclinaron sus oídos, sino que obraron según sus designios, según los impulsos de su corazón obstinado y perverso; se volvieron hacia atrás, no hacia adelante. (Jeremías 7, 24)


“A pessoa que nunca medita é como alguém que nunca se olha no espelho e, assim, não se cuida e sai desarrumada. A pessoa que medita e dirige seus pensamentos a Deus, que é o espelho de sua alma, procura conhecer seus defeitos, tenta corrigi-los, modera seus impulsos e põe em ordem sua consciência.” São Padre Pio de Pietrelcina