Gefunden 233 Ergebnisse für: ancianos

  • Ellos convocaron a todos los ancianos de la ciudad, y también concurrieron a la asamblea los jóvenes y las mujeres. Pusieron a Ajior en medio de todo el pueblo y Ozías lo interrogó acerca de lo sucedido. (Judit 6, 16)

  • Al terminar la asamblea, Ozías lo llevó a su casa y ofreció un banquete a los ancianos. Y durante toda aquella noche, imploraron la ayuda del Dios de Israel. (Judit 6, 21)

  • Todo el pueblo, los jóvenes, las mujeres y los niños se amotinaron contra Ozías y contra los jefes de la ciudad, y clamaban a gritos, diciendo a los ancianos: (Judit 7, 23)

  • Envió entonces a la servidora que estaba al frente de todos sus bienes, para que llamara a Cabris y Carmis, ancianos de la ciudad. (Judit 8, 10)

  • Después se dirigieron a la puerta de Betulia, y encontraron apostados junto a ella a Ozías y a los ancianos de la ciudad, Cabris y Carmis. (Judit 10, 6)

  • Más aún, han enviado gente a Jerusalén, donde todo el mundo hace lo mismo, con el encargo de obtener la debida autorización de los ancianos. (Judit 11, 14)

  • Apenas escucharon su voz, la gente de la ciudad se apresuró a bajar a las puertas, y convocaron a los ancianos de la ciudad. (Judit 13, 12)

  • El sumo sacerdote Joaquím y los ancianos del pueblo de Israel que habitaban en Jerusalén vinieron para contemplar los beneficios con que Dios había colmado a Israel, y también para ver a Judit y saludarla. (Judit 15, 8)

  • Deja sin habla a los más seguros y priva de la razón a los ancianos. (Job 12, 20)

  • Aquí también hay ancianos de cabellos blancos, gente de más edad que tu mismo padre. (Job 15, 10)

  • los jóvenes se retiraban al verme, los ancianos se levantaban y permanecían de pie. (Job 29, 8)

  • Entonces Elihú, hijo de Baraquel, el buzita, tomó la palabra y dijo: Yo soy muy joven todavía y todos ustedes son ancianos; por eso me sentí intimidado, temeroso de exponerles mi saber. (Job 32, 6)


“Que o Espírito Santo guie a sua inteligência, faça-o descobrir a verdade escondida na Sagrada Escritura e inflame a sua vontade para praticá-la.” São Padre Pio de Pietrelcina