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edificaron el lugar alto de Tófet, que está en el valle de Ben Hinnóm, para quemar a sus hijos y a sus hijas, cosa que yo no ordené ni se me pasó por la mente. (Jeremías 7, 31)
En cuanto a ti, profetiza contra ellos todas estas palabras. Tú les dirás: El Señor ruge desde lo alto, desde su santa morada alza su voz; ruge con furia contra su redil, lanza un grito como los que pisan la uva contra todos los habitantes de la tierra. (Jeremías 25, 30)
Así habla el Señor: Si se pudieran medir los cielos en lo alto y explorar aquí abajo los cimientos de la tierra, también yo rechazaría a la descendencia de Israel a causa de todo lo que hicieron -oráculo del Señor-. (Jeremías 31, 37)
Emprendieron la marcha e hicieron un alto en Guerut Quimhán -que está en las cercanías de Belén- con el propósito de seguir adelante y entrar en Egipto, (Jeremías 41, 17)
¡Aquí estoy contra ti, Montaña de la Destrucción -oráculo del Señor- que destruías toda la tierra! Extenderé mi mano contra ti, te haré rodar de lo alto de las rocas y haré de ti una montaña de brasas. (Jeremías 51, 25)
Él envió un fuego desde lo alto, lo hizo bajar hasta mis huesos. Tendió una red a mis pies, me hizo retroceder. Me convirtió en una desolación, estoy siempre dolorida. (Lamentaciones 1, 13)
Y ahora, Señor, Dios de Israel, que hiciste salir a tu pueblo de la tierra de Egipto con mano fuerte, con signos y portentos, con gran poder y con el brazo en alto, haciéndote así un Nombre famoso hasta el día de hoy, (Baruc 2, 11)
Levántate, Jerusalén, sube a lo alto y dirige tu mirada hacia el Oriente: mira a tus hijos reunidos desde el oriente al occidente por la palabra del Santo, llenos de gozo, porque Dios se acordó de ellos. (Baruc 5, 5)
Han sido comprados a muy alto precio, y no hay en ellos ni un soplo de vida. (Baruc 6, 24)
las nubes, cuando Dios les ordena recorrer toda la tierra, cumplen su cometido; y también el fuego, cuando es enviado de lo alto para consumir montes y bosques, lleva a cabo lo que se le ordena. (Baruc 6, 61)
Sus alas estaban extendidas hacia lo alto: cada uno tenía dos alas que se tocaban entre sí y otras dos que les cubrían el cuerpo. (Ezequiel 1, 11)
Encima de la plataforma que estaba sobre sus cabezas, había algo así como una piedra de zafiro, con figura de trono; y encima de esa especie de trono, en lo más alto, una figura con aspecto de hombre. (Ezequiel 1, 26)
