Gefunden 328 Ergebnisse für: Haré

  • haré tus almenas de rubíes, tus puertas de cristal y todo tu contorno de piedras preciosas. (Isaías 54, 12)

  • Presten atención y vengan a mí, escuchen bien y vivirán. Yo haré con ustedes una alianza eterna, obra de mi inquebrantable amor a David. (Isaías 55, 3)

  • haré brotar la acción de gracias. ¡Paz al que está lejos, paz al que está cerca! Yo lo sanaré, dice el Señor. (Isaías 57, 19)

  • entonces te deleitarás en el Señor; yo te haré cabalgar sobre las alturas del país y te alimentaré con la herencia de tu padre Jacob, porque ha hablado la boca del Señor. (Isaías 58, 14)

  • Antes estuviste abandonada, aborrecida y despoblada, pero yo haré de ti el orgullo de los siglos, la alegría de todas las generaciones. (Isaías 60, 15)

  • Haré llegar oro en lugar de bronce y plata en lugar de hierro; bronce en lugar de madera y hierro en lugar de piedra. Por magistrados te daré la Paz y por gobernantes, la Justicia. (Isaías 60, 17)

  • El más pequeño se convertirá en un millar, el menor, en una nación poderosa. Yo, el Señor, lo haré rápidamente, a su tiempo. (Isaías 60, 22)

  • haré salir de Jacob una descendencia y de Judá, a un poseedor de mis montañas; mis elegidos las poseerán y mis servidores habitarán allí. (Isaías 65, 9)

  • ¿Acaso yo abriré la matriz y no haré dar a luz?, dice el Señor. ¿Acaso la voy a cerrar, yo que hago nacer?, dice tu Dios. (Isaías 66, 9)

  • Porque así habla el Señor: Yo haré correr hacia ella la paz como un río, y la riqueza de las naciones como un torrente que se desborda. Sus niños de pecho serán llevados en brazos y acariciados sobre las rodillas. (Isaías 66, 12)

  • Porque así como permanecen delante de mí el cielo nuevo y la tierra nueva que yo haré -oráculo del Señor-, así permanecerán la raza y el nombre de ustedes. (Isaías 66, 22)

  • Yo haré que mis palabras sean un fuego en tu boca, y ese pueblo será la leña que el fuego devorará. (Jeremías 5, 14)


“A pessoa que nunca medita é como alguém que nunca se olha no espelho e, assim, não se cuida e sai desarrumada. A pessoa que medita e dirige seus pensamentos a Deus, que é o espelho de sua alma, procura conhecer seus defeitos, tenta corrigi-los, modera seus impulsos e põe em ordem sua consciência.” São Padre Pio de Pietrelcina