Gefunden 104 Ergebnisse für: Enviado

  • Elías le dijo: "Quédate aquí, porque el Señor me ha enviado al Jordán". Pero Eliseo respondió: "Juro por la vida del Señor y por tu propia vida que no te dejaré". Y se fueron los dos. (II Reyes 2, 6)

  • Jazael fue al encuentro de Eliseo llevando como presente cuarenta camellos cargados con lo mejor que había en Damasco. Al llegar, se presentó ante él y le dijo: "Tu hijo Ben Hadad, rey de Arám, me ha enviado a preguntarte: ¿Me restableceré de esta enfermedad?". (II Reyes 8, 9)

  • Pero el rey de Asiria descubrió que Oseas conspiraba: este, en efecto, había enviado mensajeros a So, rey de Egipto, y no había hecho llegar a Asiria el tributo anual. Entonces el rey de Asiria hizo arrestar a Oseas y lo encerró en una prisión. (II Reyes 17, 4)

  • les dijo: "Así habla el Señor, el Dios de Israel: Díganle al hombre que los ha enviado: (II Reyes 22, 15)

  • les dijo: "Así habla el Señor, el Dios de Israel: Díganle al hombre que los ha enviado: (II Crónicas 34, 23)

  • Tú irás como enviado del rey y de sus siete consejeros, para inspeccionar a Judá y a Jerusalén, de acuerdo con la Ley de tu Dios, que llevas en tus manos. (Esdras 7, 14)

  • Yo había reconocido, en efecto, que no era Dios el que lo había enviado: si había pronunciado esa profecía acerca de mí, era porque lo había enviado Tobías. (Nehemías 6, 12)

  • y fue enviado Rafael para curar a los dos: para quitar las manchas blancas de los ojos de Tobit, a fin de que viera con ellos la luz de Dios, y para dar a Sara, hija de Ragüel, como esposa a Tobías, hijo de Tobit, librándola del malvado demonio Asmodeo. Porque Tobías tenía derecho a ser su esposo, antes que todos los demás pretendientes. En aquel mismo momento, Tobit volvía del patio al interior de su casa, y Sara, hija de Ragüel, bajaba de la habitación alta. (Tobías 3, 17)

  • Cuando no dudabas en levantarte de la mesa, dejando la comida para ir a sepultar un cadáver, yo fui enviado para ponerte a prueba. (Tobías 12, 13)

  • Más aún, han enviado gente a Jerusalén, donde todo el mundo hace lo mismo, con el encargo de obtener la debida autorización de los ancianos. (Judit 11, 14)

  • Por eso, yo, tu servidora, al enterarme de todo esto, escapé de su lado. Y Dios me ha enviado para realizar contigo tales hazañas, que llenarán de asombro en toda la tierra a aquellos que las escuchen, (Judit 11, 16)

  • Todos sus hermanos y sus hermanas, lo mismo que sus antiguos conocidos, fueron a verlo y celebraron con él un banquete en su casa. Se compadecieron y lo consolaron por toda la desgracia que le había enviado el Señor. Y cada uno de ellos le regaló una moneda de plata y un anillo de oro. (Job 42, 11)


“Ele e ouvir a Sua voz por meio das Suas inspirações e iluminações interiores.” São Padre Pio de Pietrelcina