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  • Otra vez Jesús se puso a enseñar a orillas del lago. Se le reunió tanta gente junto a él que tuvo que subir a una barca y sentarse en ella a alguna distancia, mientras toda la gente estaba en la orilla. (Evangelio según San Marcos 4, 1)

  • Herodías tuvo su oportunidad cuando Herodes, el día de su cumpleaños, dio un banquete a sus nobles, a sus oficiales y a los personajes principales de Galilea. (Evangelio según San Marcos 6, 21)

  • Jesús se detuvo y ordenó que se lo trajeran, y cuando tuvo al ciego cerca, le preguntó: (Evangelio según San Lucas 18, 40)

  • Cuando Pilato escuchó esto, tuvo más miedo. (Evangelio según San Juan 19, 8)

  • Al oír esto Moisés huyó y fue a vivir en la tierra de Madián, donde tuvo dos hijos. (Hecho de los Apóstoles 7, 29)

  • Una tarde, alrededor de las tres, tuvo una visión de la que no pudo dudar: un ángel de Dios entraba a su habitación y le llamaba: «¡Cornelio!» (Hecho de los Apóstoles 10, 3)

  • Sintió hambre y quiso comer, y mientras le preparaban la comida tuvo un éxtasis. (Hecho de los Apóstoles 10, 10)

  • Por la noche Pablo tuvo una visión. Ante él estaba de pie un macedonio que le suplicaba: «Ven a Macedonia y ayúdanos.» (Hecho de los Apóstoles 16, 9)

  • Al momento se retiraron los que estaban para torturarlo, y el mismo comandante tuvo miedo, porque había hecho encadenar a un ciudadano romano. (Hecho de los Apóstoles 22, 29)

  • La discusión se hizo tan violenta que el capitán tuvo miedo de que despedazaran a Pablo. Ordenó, entonces, que vinieran los soldados, sacaran a Pablo de allí y lo llevaran de nuevo a la fortaleza. (Hecho de los Apóstoles 23, 10)

  • Por eso, desde Adán hasta Moisés, la muerte tuvo poder, incluso sobre aquellos que no desobedecían abiertamente como en el caso de Adán. Pero otro Adán superior a éste había de venir. (Carta a los Romanos 5, 14)

  • Al sobrevenir la Ley, el pecado tuvo más auge, pero donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia. (Carta a los Romanos 5, 20)


“O Senhor nos dá tantas graças e nós pensamos que tocamos o céu com um dedo. Não sabemos, no entanto, que para crescer precisamos de pão duro, das cruzes, das humilhações, das provações e das contradições.” São Padre Pio de Pietrelcina