Gefunden 167 Ergebnisse für: tendrá

  • No reflexiona que tendrá que morir y que su vida es breve: sólo piensa en rivalizar con los orfebres y los fundidores de plata, imita a los que cuelan el bronce y se gloría de fabricar cosas falsas. (Sabiduría 15, 9)

  • El que respeta a su padre tendrá larga vida; el que obedece al Señor será el consuelo de su madre. (Sirácides (Eclesiástico) 3, 6)

  • El que la escucha tendrá un juicio acertado, el que le obedece estará seguro. (Sirácides (Eclesiástico) 4, 15)

  • ¡No permitas que te consideren como un mendigo o como un tramposo! Un ladrón atrae sobre sí la vergüenza, pero el hipócrita también tendrá su condenación. (Sirácides (Eclesiástico) 5, 14)

  • No discutas con un hombre violento, no te quedes con él en un lugar solitario. Porque no tendrá escrúpulos en derramar sangre, y viéndote indefenso, se te echará tal vez encima. (Sirácides (Eclesiástico) 8, 16)

  • Un servidor inteligente tendrá por servidores hombres libres, y las personas sensatas no tendrán nada que decir. (Sirácides (Eclesiástico) 10, 25)

  • Rico o pobre tendrá contento el corazón; en todo momento se verá la felicidad en su rostro. (Sirácides (Eclesiástico) 26, 4)

  • El que le presta atención no tendrá más reposo, ni vivirá más en paz. (Sirácides (Eclesiástico) 28, 16)

  • Aunque puedan reembolsarle, el acreedor tendrá suerte si recupera la mitad. En caso contrario, se habrán apoderado de su dinero y no habrá ganado más que un enemigo; éste le pagará con maldiciones e insultos, con desprecios en vez de agradecimientos. (Sirácides (Eclesiástico) 29, 6)

  • El que educa bien a su hijo, tendrá sus satisfacciones; se sentirá orgulloso de él delante de sus parientes. (Sirácides (Eclesiástico) 30, 2)

  • El que mima a su hijo tendrá que curar sus heridas; tendrá que ceder al más leve de sus gritos. (Sirácides (Eclesiástico) 30, 7)

  • El que teme al Señor no tendrá miedo, no se asustará por nada porque El es su esperanza. (Sirácides (Eclesiástico) 34, 14)


“A maior caridade é aquela que arranca as pessoas vencidas pelo demônio, a fim de ganhá-las para Cristo. E isso eu faço assiduamente, noite e dia.” São Padre Pio de Pietrelcina