Gefunden 127 Ergebnisse für: sumo

  • El sumo sacerdote interrogó a Jesús sobre sus discípulos y su enseñanza. Jesús le contestó: (Evangelio según San Juan 18, 19)

  • Al oír esto, uno de los guardias que estaba allí le dio a Jesús una bofetada en la cara, diciendo: «¿Así contestas al sumo sacerdote?» (Evangelio según San Juan 18, 22)

  • Al fin, Anás lo envió atado al sumo sacerdote Caifás. (Evangelio según San Juan 18, 24)

  • Entonces uno de los servidores del sumo sacerdote, pariente del hombre al que Pedro le había cortado la oreja, le dijo: «¿No te vi yo con él en el huerto?» (Evangelio según San Juan 18, 26)

  • Allí estaban el sumo sacerdote Anás, Caifás, Jonatán, Alejandro y todos los que pertenecían a la alta clase sacerdotal. (Hecho de los Apóstoles 4, 6)

  • El sumo sacerdote y toda su gente, que eran el partido de los saduceos, decidieron actuar en la forma más enérgica. (Hecho de los Apóstoles 5, 17)

  • Entraron, pues, en el Templo al amanecer, y se pusieron a enseñar. Mientras tanto el sumo sacerdote y sus partidarios reunieron al Sanedrín con todos los ancianos de Israel y enviaron a buscar a los prisioneros a la cárcel. (Hecho de los Apóstoles 5, 21)

  • Los trajeron y los presentaron ante el Consejo. El sumo sacerdote los interrogó diciendo: (Hecho de los Apóstoles 5, 27)

  • Entonces el sumo sacerdote le preguntó: «¿Es verdad lo que dicen?» (Hecho de los Apóstoles 7, 1)

  • Saulo no desistía de su rabia, proyectando violencias y muerte contra los discípulos del Señor. Se presentó al sumo sacerdote (Hecho de los Apóstoles 9, 1)

  • Y ahora está aquí con poderes del sumo sacerdote para llevar presos a todos los que invocan tu Nombre.» (Hecho de los Apóstoles 9, 14)

  • esto lo saben muy bien el sumo sacerdote y el Consejo de los Ancianos. Incluso me entregaron cartas para nuestros hermanos de Damasco, y salí para detener a los cristianos que allí había y traerlos encadenados a Jerusalén para que fueran castigados. (Hecho de los Apóstoles 22, 5)


“O Senhor nos dá tantas graças e nós pensamos que tocamos o céu com um dedo. Não sabemos, no entanto, que para crescer precisamos de pão duro, das cruzes, das humilhações, das provações e das contradições.” São Padre Pio de Pietrelcina