Gefunden 126 Ergebnisse für: somos
Mataron al Señor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos, y nosotros somos testigos de ello. (Hecho de los Apóstoles 3, 15)
Nosotros somos testigos de esto, y lo es también el Espíritu Santo que Dios ha dado a los que le obedecen.» (Hecho de los Apóstoles 5, 32)
Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en el país de los judíos y en la misma Jerusalén. Al final lo mataron colgándolo de un madero. (Hecho de los Apóstoles 10, 39)
«Amigos, ¿qué hacen? Nosotros somos humanos y mortales como ustedes, y acabamos de decirles que deben abandonar estas cosas que no sirven y volverse al Dios vivo que hizo el cielo, la tierra, el mar y cuanto hay en ellos. (Hecho de los Apóstoles 14, 15)
En realidad no está lejos de cada uno de nosotros, pues en él vivimos, nos movemos y existimos, como dijeron algunos poetas de ustedes: «Somos también del linaje de Dios.» (Hecho de los Apóstoles 17, 28)
Si de verdad somos del linaje de Dios, no debemos pensar que la divinidad se parezca a las creaciones del arte y de la fantasía humanas, ya sean de oro, plata o piedra. (Hecho de los Apóstoles 17, 29)
El Espíritu asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. (Carta a los Romanos 8, 16)
Somos débiles pero el Espíritu viene en nuestra ayuda. No sabemos cómo pedir ni qué pedir, pero el Espíritu lo pide por nosotros, sin palabras, como con gemidos. (Carta a los Romanos 8, 26)
Nosotros, si realmente somos fuertes, debemos cargar con la debilidad de quienes no tienen esa fuerza y no buscar nuestro propio agrado. (Carta a los Romanos 15, 1)
Si somos administradores, entiendo que se nos exigirá cumplir. (1º Carta a los Corintios 4, 2)
Porque me parece que a nosotros, los apóstoles, Dios nos ha colocado en el último lugar, como condenados a muerte; somos un espectáculo divertido para el mundo, para los ángeles y para los hombres. (1º Carta a los Corintios 4, 9)
Nosotros somos unos locos por Cristo, ustedes tienen la sabiduría cristiana. Nosotros somos débiles y ustedes fuertes. Ustedes son gente considerada y nosotros despreciados. (1º Carta a los Corintios 4, 10)