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  • Que Cristo habite en sus corazones por la fe, que estén arraigados en el amor y en él puedan edificarse. (Carta a los Efesios 3, 17)

  • Lleven con ustedes todas las armas de Dios, para que puedan resistir las maniobras del diablo. (Carta a los Efesios 6, 11)

  • Por eso pónganse la armadura de Dios, para que en el día malo puedan resistir y mantenerse en la fila valiéndose de todas sus armas. (Carta a los Efesios 6, 13)

  • Que se muestren fuertes en todo sentido, fortalecidos por la gloria de Dios; que puedan sufrir y perseverar sin perder la alegría. (Carta a los Colosenses 1, 11)

  • Pido que tengan ánimo, que se afiancen en el amor y que tengan plenamente desarrollados los dones de entendimiento, para que puedan penetrar en el gran secreto de Dios, que es Cristo. (Carta a los Colosenses 2, 2)

  • Que la palabra de Cristo habite en ustedes y esté a sus anchas. Tengan sabiduría, para que se puedan aconsejar unos a otros y se afirmen mutuamente con salmos, himnos y alabanzas espontáneas. Que la gracia ponga en sus corazones un cántico a Dios, (Carta a los Colosenses 3, 16)

  • y todo lo que puedan decir o hacer, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él. (Carta a los Colosenses 3, 17)

  • Que el Señor fije sus corazones en la buena dirección, para que puedan amar a Dios y soportar cristianamente la adversidad. (2º Carta a los Tesalonicenses 3, 5)

  • Cuanto has aprendido de mí, confirmado por numerosos testigos, confíalo a personas que merezcan confianza y que puedan instruir después a otros. (2º Carta a Timoteo 2, 2)

  • Deben ser hombres intachables, casados una sola vez. Es preciso que sus hijos sean creyentes y que no puedan ser acusados de mala conducta o de ser rebeldes. (Carta a Tito 1, 6)

  • Una cosa es cierta, y en ella debes insistir: los que creen en Dios han de destacarse en el bien que puedan hacer. Ahí está lo bueno y lo que realmente aprovecha a la sociedad. (Carta a Tito 3, 8)


“Aquele que procura a vaidade das roupas não conseguirá jamais se revestir com a vida de Jesus Cristo.” São Padre Pio de Pietrelcina