Gefunden 3089 Ergebnisse für: pero

  • Pero ustedes, amadísimos, recuerden lo que los apóstoles de Cristo nuestro Señor les anunciaron. (2º Carta de Pedro 3, 17)

  • Pero si confesamos nuestros pecados, él, que es fiel y justo, nos perdonará nuestros pecados y nos limpiará de toda maldad. (1º Carta de Juan 1, 9)

  • Hijitos míos, les he escrito esto para que no pequen; pero si uno peca, tenemos un defensor ante el Padre, Jesucristo, el Justo. (1º Carta de Juan 2, 1)

  • Si alguien dice: «Yo lo conozco», pero no guarda sus mandatos, ése es un mentiroso y la verdad no está en él. (1º Carta de Juan 2, 4)

  • Pasa el mundo con todas sus codicias, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. (1º Carta de Juan 2, 17)

  • Hijitos, es la última hora, y han oído que va a venir un anticristo. Pero ya han venido varios anticristos, por lo cual conocemos que es la última hora. (1º Carta de Juan 2, 18)

  • Esa gente salió de entre nosotros, pero no eran de los nuestros; si hubieran sido de los nuestros, se habrían quedado con nosotros. Así es como descubrimos que no todos son de los nuestros. (1º Carta de Juan 2, 19)

  • Pero ustedes tienen esa unción que viene del Santo, por lo que todos tienen ya conocimiento. (1º Carta de Juan 2, 20)

  • Amados, a pesar de que ya somos hijos de Dios, no se ha manifestado todavía lo que seremos; pero sabemos que cuando él aparezca en su gloria, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como es. (1º Carta de Juan 3, 2)

  • Nosotros, en cambio, somos de Dios; el que conoce a Dios nos escucha, pero el que no conoce a Dios no nos hace caso. Así es como reconocemos el espíritu de la verdad y el espíritu del error. (1º Carta de Juan 4, 6)

  • A Dios no lo ha visto nadie jamás, pero si nos amamos unos a otros, Dios está entre nosotros y su amor da todos sus frutos entre nosotros. (1º Carta de Juan 4, 12)

  • Pero también hemos visto nosotros, y declaramos, que el Padre envió a su Hijo como Salvador del mundo. (1º Carta de Juan 4, 14)


“Amemos ao próximo. Custa tão pouco querer bem ao outro.” São Padre Pio de Pietrelcina