Gefunden 257 Ergebnisse für: paso del Mar Rojo

  • Avisaron a David, que reuniendo a todo Israel pasó el Jordán, llegó donde estaban ellos y tomó posición frente a ellos. David se puso en orden de batalla contra los arameos, y éstos trabaron combate con él. (1 Crónicas 19, 17)

  • Joram tomó posesión del trono de su padre; y cuando se sintió fuerte, pasó a cuchillo a todos sus hermanos y también a algunos de los jefes de Israel. (2 Crónicas 21, 4)

  • Tú viste la aflicción de nuestros padres en Egipto y escuchaste su clamor cerca del mar Rojo. (Nehemías 9, 9)

  • Acuérdate de todos los peligros por los que pasó cuando te esperaba. Cuando muera, entiérrala junto a mí, en la misma tumba. (Tobías 4, 4)

  • Cuando enterrabas a los muertos, yo estaba junto a ti. Cuando te Tobantabas de la mesa para dar sepultura a los muertos, esto no se me pasó por alto, sino que estaba contigo. (Tobías 12, 13)

  • diciéndoles que cuidaran las subidas de la montaña que dan acceso a Judea, pues era fácil detener allí el avance de los atacantes, ya que era tan estrecho el paso que sólo permitía pasar de dos en dos. (Judit 4, 7)

  • Dios secó el mar Rojo para que pasaran, (Judit 5, 13)

  • Esto no se hace. Pero entregaste a sus jefes a la muerte, y su lecho, rojo de vergüenza, lo dejaste rojo de sangre por su engaño. (Judit 9, 3)

  • Su vejez la pasó en casa de su marido. A su sierva le dio la libertad. Murió en Betulia a la edad de ciento cinco años y fue sepultada en el sepulcro de Manasés. (Judit 16, 23)

  • Cuando Ester pasó a vivir en el harén del rey, (Ester 2, 19)

  • ordenando que todos los integrantes de la guardia real que vigilaban la puerta del palacio se arrodillaran a su paso. Mardoqueo, sin embargo, se negó a hacerlo. (Ester 3, 2)

  • El rey, sacándose el anillo que había quitado a Amán, se lo pasó a Mardoqueo. Este, además, fue puesto por Ester como administrador de la casa de Amán. (Ester 8, 2)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina