Gefunden 21 Ergebnisse für: olvidar

  • pero en seguida vendrán siete años de escasez que harán olvidar toda la abundancia anterior, y el país quedará extenuado por el hambre. (Génesis 41, 30)

  • Al primero lo llamó Manasés, (que significa: «He olvidado»), pues se dijo: «Dios me ha hecho olvidar mi pena y a la familia de mi padre.» (Génesis 41, 51)

  • Guárdate, pues, de olvidar la Alianza que Yavé ha pactado contigo y no te hagas ídolos, o sea imágenes de todo lo que Yavé tu Dios te ha prohibido. (Deuteronomio 4, 23)

  • Por eso, guárdate de olvidar a Yavé, tu Dios, descuidando los mandamientos, los preceptos y las normas que yo te prescribo hoy. (Deuteronomio 8, 11)

  • Allí estarán de fiesta delante de Yavé con sus hijos e hijas, sus servidores y sus sirvientas, sin olvidar a los levitas que viven entre ustedes, ya que ellos no tienen propiedad ni herencia como la tienen ustedes. (Deuteronomio 12, 12)

  • sin olvidar al levita que habita en tus ciudades, ya que él no tiene propiedades ni herencia como tú tienes. (Deuteronomio 14, 27)

  • Toma inmediatamente el traje y el caballo y haz todo lo que has dicho con el judío Mardoqueo, que está sentado en la puerta del palacio. Y ¡cuidado con olvidar algo siquiera!» (Ester 6, 10)

  • A pesar de que digo: «Voy a olvidar mis quejas, cambiaré de semblante y me pondré alegre», (Job 9, 27)

  • Alentaba a los suyos a no temer el ataque de los paganos y a no olvidar las veces que Dios los había ayudado, convencido de que también ahora Dios les daría la victoria. (2 Macabeos 15, 8)

  • Actúa siempre, hijo mío, con prudencia y reflexión: es algo que no debes olvidar. (Proverbios 3, 21)

  • Muchacho, conoce la felicidad, mientras seas joven, y toma temprano las buenas decisiones. Elige tu camino como mejor te parezca, sin olvidar que Dios te pedirá cuenta de todo. (Eclesiastés (Qohelet) 11, 9)

  • Una justa fatalidad los impulsó a esta medida extrema y les hizo olvidar todo lo que había pasado: era necesario que nuevos tormentos colmaran la medida de su castigo. (Sabiduría 19, 4)


“Feliz a alma que atinge o nível de perfeição que Deus deseja!” São Padre Pio de Pietrelcina