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Sus hijos son aplastados ante sus mismos ojos, sus casas saqueadas y sus mujeres violadas. (Isaías 13, 16)
Esta es la sentencia que, hace tiempo, pronunció Yavé contra Moab. Y ahora Yavé declara: «Dentro de tres años, los mismos que dura el contrato de un soldado, el famoso poder de Moab, con su gran población, se vendrá abajo y sólo quedará una minoría sin importancia.» (Isaías 16, 13)
Justicia y fuerza están sólo en Yahvé.» Vendrán a verlo muy humilditos los mismos que se enfurecían con él, (Isaías 45, 24)
Pues sus proyectos no son los míos, y mis caminos no son los mismos de ustedes, dice Yavé. (Isaías 55, 8)
Tus puertas estarán siempre abiertas, no se cerrarán ni de día ni de noche, para recibir las riquezas de las naciones que te traerán sus mismos reyes. (Isaías 60, 11)
sino que los mismos que cosechen el trigo, lo comerán y alabarán a Yavé. Y los que vendimien se tomarán el vino, en los corredores de mi santuario.» (Isaías 62, 9)
Voy a hacer justicia con este pueblo que me ha dejado para hacer el mal; ha quemado incienso a dioses extranjeros, y se ha puesto a servir a dioses que ellos mismos se fabricaron. (Jeremías 1, 16)
Pero, ¿es a mí, acaso, a quien rebajan con eso, dice Yavé? ¿No es más bien a ellos mismos, para su propia deshonra? (Jeremías 7, 19)
Los sacerdotes y los profetas dijeron a los jefes y a todo el pueblo: «Este hombre merece la muerte porque ha hablado de parte de Yavé contra esta ciudad, como ustedes mismos lo han escuchado.» (Jeremías 26, 11)
A Sedecías, rey de Judá, le hablé en los mismos términos, diciéndole: «Pongan sus cuellos bajo el yugo del rey de Babilonia, sométanse a él y a su pueblo y vivirán. (Jeremías 27, 12)
Sobre Ajab, hijo de Colaya, y Sedecías, hijo de Masaya, que abusaron de mi nombre para anunciar mentiras, esto es lo que dice Yavé de los Ejércitos, Dios de Israel: Los entregaré a Nabucodonosor, rey de Babilonia, que les dará muerte en presencia de ustedes mismos. (Jeremías 29, 21)
Y ahora, Yavé, Dios de los Ejércitos, Dios de Israel, les pregunta: «¿Por qué se hacen tanto mal ustedes mismos? Ustedes van a hacer que se acaben los hombres, las mujeres y los niños de la raza de Judá, hasta que no quede nadie, (Jeremías 44, 7)