Gefunden 17 Ergebnisse für: haberlo
Esaú vio que su padre había bendecido a Jacob y lo enviaba a Padán-Aram para que allí se buscara una mujer. Escuchó también que, después de haberlo bendecido, le había ordenado: «No te cases con ninguna mujer cananea», (Génesis 28, 6)
Después se retiró Samuel para Ramá, y Saúl a su casa en Guibea de Saúl. Samuel no vio más a Saúl hasta el día de su muerte. Y lloraba por él, porque Yavé se había arrepentido de haberlo hecho rey de Israel. (1 Samuel 15, 34)
La palabra de Yavé había sido dirigida por boca del profeta Jehú, hijo de Jananí, contra Basá y contra su familia, por todo el mal que hizo a los ojos de Yavé, irritándolo con sus obras como había hecho la familia de Jeroboam, y también por haberlo exterminado a él y a toda su familia. (1 Reyes 16, 7)
También de Manasés se pasaron algunos a David, cuando éste iba con los filisteos al combate contra Saúl, si bien no peleó al lado de ellos; porque los príncipes de los filisteos después de haberlo hablado entre ellos, lo hicieron volver, diciendo: «A costa de nuestra vida, este hombre se reconciliará con Saúl su señor.» (1 Crónicas 12, 20)
Dijo a Judá: «Edifiquemos estas ciudades, y cerquémoslas de murallas, torres, puertas y barras, mientras el país esté a nuestra disposición; pues hemos buscado a Yavé, nuestro Dios, y por haberlo buscado, él nos ha dado paz por todas partes.» (2 Crónicas 14, 6)
No intenten averiguar lo que quiero hacer, pues no lo diré hasta no haberlo cumplido.» (Judit 8, 34)
Yo esperé, pero ya no hablan, se callan a la vez sin haberlo rebatido. (Job 32, 16)
No vaciles en corregir a un niño: el haberlo azotado no lo hará morir. (Proverbios 23, 13)
Después de haberlo visto, reflexioné y saqué la lección: (Proverbios 24, 32)
Pero también comprendía que el único medio para tenerla era que Dios me la diera, y ya era una señal de inteligencia el haberlo comprendido. Por eso me volví al Señor y le supliqué; le dije con todo mi corazón: (Sabiduría 8, 21)
después de haber autorizado a tu pueblo a que se fuera y de haberlo incluso empujado a ello, cambiaron de parecer y se pusieron a perseguirlo. (Sabiduría 19, 2)
Recuerden lo que les pasó a sus antepasados: ¿quién confió en el Señor y se arrepintió de haberlo hecho? ¿Quién perseveró en su temor y fue abandonado? ¿Quién lo llamó y no fue escuchado? (Sirácides (Eclesiástico) 2, 10)