Gefunden 26 Ergebnisse für: derrota

  • Pero si no hay maldad en esa gente, déjalos y vuélvete, no sea que su Dios los proteja con su escudo y toda la tierra sea testigo de nuestra derrota.» (Judit 5, 21)

  • derrota a los grandes sin averiguaciones y pone a otros en su lugar. (Job 34, 24)

  • Fue una gran derrota para el pueblo, y esto, por no haber escuchado a Judas y sus hermanos y creerse capaces de grandes hazañas. (1 Macabeos 5, 61)

  • Cuando Demetrio se enteró de la muerte de Nicanor y de la derrota de su ejército, mandó otra vez a Báquides y Alcimo a Judea con las mejores tropas de su ejército. (1 Macabeos 9, 1)

  • Jasón hizo una cruel matanza de sus conciudadanos, sin darse cuenta que las victorias contra los de su propia nación son la mayor derrota; creía triunfar sobre enemigos cuando, en realidad, eran los de su pueblo. (2 Macabeos 5, 6)

  • Lisias, que era hombre inteligente, reflexionando sobre la derrota que había sufrido, comprendió que los hebreos eran invencibles, porque el Dios poderoso luchaba con ellos. (2 Macabeos 11, 13)

  • Los paganos que habían huido de Judea por temor a Judas, acudieron muy numerosos a Nicanor, pensando que las desgracias y la derrota de los judíos serían victoria para ellos. (2 Macabeos 14, 14)

  • A los ojos de los insensatos están bien muertos y su partida parece una derrota. (Sabiduría 3, 2)

  • Pues es un día de derrota, aplastante y desastrosa, que envía el Señor Yavé de los Ejércitos. En el valle de la Visión se echan abajo las murallas, y los gritos de socorro llegan hasta las montañas. (Isaías 22, 5)

  • Las naciones se han enterado de tu derrota, la tierra está llena con tus gritos; pues un soldado ha tropezado con otro y ambos han caído al mismo tiempo. (Jeremías 46, 12)

  • Ustedes saldrán, pero huyendo después de la derrota. Egipto los recogerá, y en Menfis serán sepultados. Las ortigas guardarán sus tesoros de plata y las zarzas crecerán en sus casas. (Oseas 9, 6)

  • Naciones numerosas se reúnen ahora para atacarte, diciendo: «Sometámoslo al saqueos y gocemos mirando su derrota.» (Miqueas 4, 11)


“As almas não são oferecidas como dom; compram-se. Vós ignorais quanto custaram a Jesus. É sempre com a mesma moeda que é preciso pagá-las”. São Padre Pio de Pietrelcina