Gefunden 1274 Ergebnisse für: batalla contra los filisteos

  • Caín dijo después a su hermano Abel: «Vamos al campo.» Y como estaban en el campo, Caín se lanzó contra su hermano Abel y lo mató. (Génesis 4, 8)

  • y también de los que habitan Patros, Kasluj y Caftor, de donde procedieron los filisteos. (Génesis 10, 14)

  • Salieron entonces los reyes de Sodoma, Gomorra, Adama, Seboim y también el rey de Bala (o Soar), y se dispusieron en orden de batalla en el valle de Sidim, (Génesis 14, 8)

  • contra Codorlamor, rey de los elamitas, Tadal, rey de Goyim, Amrafel, rey de Senaar, y Arioc, rey del Ponto. Eran, pues, cuatro reyes contra cinco. (Génesis 14, 9)

  • Él será un hombre feroz, que se levantará contra todos y todos se levantarán contra él, y plantará su tienda desafiante frente a la de sus hermanos.» (Génesis 16, 12)

  • Dijo entonces Yavé: «Las quejas contra Sodoma y Gomorra son enormes, y su pecado es en verdad muy grande. (Génesis 18, 20)

  • Vamos a destruir esta ciudad, pues son enormes las quejas en su contra que han llegado hasta Yavé, y él nos ha enviado a destruirla.» (Génesis 19, 13)

  • Dios le dijo: «Yo sé que lo hiciste con corazón sencillo y por eso te he librado de pecar contra mí, y no he permitido que la tocases. (Génesis 20, 6)

  • Después de haber hecho el pacto en Bersebá, Abimelec y Ficol, general de sus tropas, volvieron al país de los filisteos. (Génesis 21, 32)

  • Abrahán estuvo todavía mucho tiempo viviendo en el país de los filisteos. (Génesis 21, 34)

  • Hubo hambre en el país, -ésta no se debe confundir con la primera hambruna que hubo en tiempos de Abrahán- y fue Isaac a Guerar, hacia Abimelec, rey de los filisteos. (Génesis 26, 1)

  • Llevaba ya bastante tiempo allí, cuando Abimelec, rey de los filisteos, mirando por una ventana, sorprendió a Isaac acariciando a Rebeca. (Génesis 26, 8)


“Por que a tentação passada deixa na alma uma certa perturbação? perguntou um penitente a Padre Pio. Ele respondeu: “Você já presenciou um tremor de terra? Quando tudo estremece a sua volta, você também é sacudido; no entanto, não necessariamente fica enterrado nos destroços!” São Padre Pio de Pietrelcina