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  • pero si no lo mandas, no bajaremos, porque aquel hombre nos dijo: «No verán mi cara si no está con ustedes su hermano el más pequeño.» (Génesis 43, 5)

  • Ellos contestaron: «Aquel hombre nos interrogó con tanta insistencia sobre nosotros y nuestra familia: ¿Vive todavía el padre de ustedes? ¿Tienen algún otro hermano? Y nosotros contestamos a esas preguntas. ¿Cómo ibamos a imaginar que nos diría: Tráiganme a su hermano?» (Génesis 43, 7)

  • El mayordomo les dijo: «Quédense tranquilos y no tengan miedo. El Dios de ustedes y el Dios de su padre les ha puesto ese tesoro en sus bolsas, pues yo recibí toda su plata.» Y en seguida les devolvió a Simeón. (Génesis 43, 23)

  • El les preguntó cómo estaban; les dijo: «¿Está bien el padre de ustedes, aquel anciano de quien me hablaron? ¿Vive todavía?» (Génesis 43, 27)

  • «Muy bien -dijo él-, sea como ustedes han dicho. Aquél a quien se le encuentre el objeto será mi esclavo, pero ustedes quedarán libres.» (Génesis 44, 10)

  • Pero José respondió: «Jamás haría tal cosa. El hombre a quien se le halló la copa será mi esclavo, pero ustedes pueden volver en paz donde su padre.» (Génesis 44, 17)

  • Después nos dijiste: «Que baje aquí con ustedes, y que yo mismo lo vea.» (Génesis 44, 21)

  • Y tú nos dijiste: «Si su hermano menor no baja con ustedes, no los admitiré en mi presencia.» (Génesis 44, 23)

  • Entonces nuestro padre nos dijo: «Ustedes saben que mi esposa me dio dos hijos. (Génesis 44, 27)

  • Si ahora llevan de mi lado también a éste y le sucede alguna desgracia, me moriré de pena en mi ancianidad, y será por culpa de ustedes.» (Génesis 44, 29)

  • El les dijo: «Acérquense», y se acercaron. «Yo soy José, su hermano, el que ustedes vendieron a los egipcios. (Génesis 45, 4)

  • Pero no se apenen ni les pese por haberme vendido, porque Dios me ha enviado aquí delante de ustedes para salvarles la vida. (Génesis 45, 5)


“Nossa Senhora recebeu pela inefável bondade de Jesus a força de suportar até o fim as provações do seu amor. Que você também possa encontrar a força de perseverar com o Senhor até o Calvário!” São Padre Pio de Pietrelcina