Gefunden 640 Ergebnisse für: Sólo

  • Un solo cuerpo y un mismo espíritu, pues ustedes han sido llamados a una misma vocación y una misma esperanza. (Carta a los Efesios 4, 4)

  • Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, (Carta a los Efesios 4, 5)

  • un solo Dios y Padre de todos, que está por encima de todos, que actúa por todos y está en todos. (Carta a los Efesios 4, 6)

  • Sólo decir lo que esa gente hace a escondidas da vergüenza; (Carta a los Efesios 5, 12)

  • La Escritura dice: Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre para unirse con su esposa, y los dos no formarán sino un solo ser. (Carta a los Efesios 5, 31)

  • Solamente procuren que su vida esté a la altura del Evangelio de Cristo. Permanezcan firmes en un mismo espíritu y luchen con un solo corazón por la fe del Evangelio. Ojalá lo pueda comprobar si voy donde ustedes y, si no voy, pueda al menos oírlo. (Carta a los Filipenses 1, 27)

  • No, hermanos, yo no me creo todavía calificado, pero para mí ahora sólo vale lo que está adelante, y olvidando lo que dejé atrás, (Carta a los Filipenses 3, 13)

  • Sentí mucho gozo en el Señor al ver florecer en ustedes esa preocupación por mí. En realidad pensaban en mí, sólo que les faltaba una ocasión. (Carta a los Filipenses 4, 10)

  • No permitan que se lo quite quienes vienen con una religión muy temerosa y que sirven a los ángeles. En realidad sólo hacen caso de sus propias visiones y se inflan con sus propios pensamientos, (Carta a los Colosenses 2, 18)

  • Siervos, obedezcan en todo a sus amos de la tierra; no sólo en presencia del patrón o para ganar en consideración, sino con sinceridad, porque tienen presente al Señor. (Carta a los Colosenses 3, 22)

  • El Evangelio que les llevamos no se quedó sólo en palabras, sino que hubo milagros y Espíritu Santo, dejándoles plena convicción. Y tampoco han olvidado cómo nos portamos entre ustedes y en atención a ustedes. (1º Carta a los Tesalonicenses 1, 5)

  • Y era tal nuestra preocupación por ustedes, que estábamos dispuestos a darles, no sólo el Evangelio, sino también nuestra propia vida, tan queridos habían llegado a ser para nosotros. (1º Carta a los Tesalonicenses 2, 8)


“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina