Gefunden 16 Ergebnisse für: Sísara

  • y él los dejó en poder de Yabín, rey de Canaán. Yabín reinaba en Jasor, y el jefe de su ejército era Sísara, quien vivía en Haroset. (Jueces 4, 2)

  • porque quiero traerte a Sísara al río Cisón, con sus carros y sus hombres, y te lo entregaré.» (Jueces 4, 7)

  • Débora le contestó: «Iré contigo, pero si empiezas así, el honor de la victoria no será tuyo, sino que Sísara será muerto por una mujer.» De este modo Débora fue con Barac a Cadés. (Jueces 4, 9)

  • Sísara supo que Barac había subido al cerro Tabor. (Jueces 4, 12)

  • Entonces dijo Débora a Barac: «Levántate, que éste es el día en que Yavé te entregará a Sísara; Yavé hoy ha salido delante de ti.» (Jueces 4, 14)

  • Barac, pues, bajó del cerro Tabor con sus diez mil hombres y Yavé le concedió que derrotara a Sísara con sus carros y todo su ejército. (Jueces 4, 15)

  • Sísara tuvo que bajarse de su carro y huir, mientras Barac persiguió los carros y las tropas hasta Haroset. Todos fueron muertos, sin que nadie se salvara. (Jueces 4, 16)

  • Allí se refugió Sísara, y llegó corriendo a la tienda de campaña de Yael, esposa de Heber, el quenita; pues había paz entre las tribus quenitas y los cananeos de Yabín, rey de Jasor. (Jueces 4, 17)

  • Yael salió al encuentro de Sísara y le dijo: «Vente por acá, mi señor, no temas.» Sísara entró y Yael lo escondió bajo una manta. El le pidió un poco de agua para calmar la sed. (Jueces 4, 18)

  • Sísara le dijo: «Quédate a la entrada y, si alguien te pregunta, dile que no hay nadie contigo.» Sísara, que estaba muy cansado, se quedó dormido. (Jueces 4, 20)

  • Cuando llegó Barac, Yael le salió al encuentro y le dijo: «Ven, que te mostraré al hombre que buscas.» El entró y vio a Sísara muerto con la estaca en la cabeza. (Jueces 4, 22)

  • Desde los cielos lucharon las estrellas, desde sus órbitas lucharon contra Sísara. (Jueces 5, 20)


“Onde não há obediência, não há virtude. Onde não há virtude, não há bem, não há amor; e onde não há amor, não há Deus; e sem Deus não se chega ao Paraíso. Tudo isso é como uma escada: se faltar um degrau, caímos”. São Padre Pio de Pietrelcina