Gefunden 473 Ergebnisse für: Mesa de los Panes de la Presencia

  • Tú me arrojas hoy de esta tierra, y me dejas privado de tu presencia. Si he de ser un errante y de andar vagando sobre la tierra, cualquiera que me encuentre me matará.» (Génesis 4, 14)

  • Caín se fue de la presencia de Yavé y habitó en el país de Nod, al oriente del Edén. (Génesis 4, 16)

  • Estos ocuparon la región comprendida entre Mesa, en dirección a Sefar, y la montaña que está al oriente. (Génesis 10, 30)

  • Tenía Abram noventa y nueve años, cuando se le apareció Yavé y le dijo: «Yo soy el Dios de las Alturas. Camina en mi presencia y sé perfecto. (Génesis 17, 1)

  • Hizo panes sin levadura y comieron. (Génesis 19, 3)

  • «No, señor mío, escúchame: yo te regalo el campo y también la cueva que hay en él. En presencia de los hijos de mi pueblo te la doy. Sepulta allí a tu difunta.» (Génesis 23, 11)

  • Abrahán estuvo de acuerdo y pesó para Efrón, en presencia de los hititas, la plata que habían acordado: cuatrocientas piezas de plata, en monedas de mercader. (Génesis 23, 16)

  • Lía no tenía brillo en sus ojos, mientras Raquel tenía buena presencia y era linda. (Génesis 29, 17)

  • Pero eso sí, al que descubras que tiene en su poder tus dioses, ése morirá. En presencia de nuestros hermanos, revisa todo lo que yo tengo, y si reconoces algo tuyo, llévatelo.» Pero Jacob ignoraba que Raquel había robado los ídolos. (Génesis 31, 32)

  • Entonces ella, dirigiéndose a su padre le dijo: «Perdone, mi señor, si no me pongo de pie ante su presencia, pero me sucede lo que le pasa a las mujeres.» Registró, pues, y no encontró los ídolos. (Génesis 31, 35)

  • José era muy varonil y de buena presencia. Algún tiempo después, la esposa de su amo puso sus ojos en él, y le dijo: «Acuéstate conmigo.» (Génesis 39, 7)

  • José tenía treinta años cuando se presentó ante Faraón, rey de Egipto. Se retiró de su presencia y empezó a recorrer todo el país de Egipto. (Génesis 41, 46)


“Para que se preocupar com o caminho pelo qual Jesus quer que você chegue à pátria celeste – pelo deserto ou pelo campo – quando tanto por um como por outro se chegará da mesma forma à beatitude eterna?” São Padre Pio de Pietrelcina