Gefunden 200 Ergebnisse für: Jonatán

  • Los servidores de Absalón entraron en la casa de la mujer y preguntaron: «¿Dónde están Ajimás y Jonatán?» Ella respondió: «Ya han pasado el estanque.» Se pusieron a buscarlos, pero como no los encontraron, se volvieron a Jerusalén. (2 Samuel 17, 20)

  • El rey perdonó a Mipibaal, porque era hijo de Jonatán, con el que había hecho un pacto ante Yavé. (2 Samuel 21, 7)

  • fue a Jabés de Galaad a pedirles los huesos de Saúl y de su hijo Jonatán a las autoridades de la ciudad. Ellos, en efecto, los habían retirado de los muros de Bet-San, donde los habían colgado los filisteos el día que mataron a Saúl en Gelboé. (2 Samuel 21, 12)

  • Desde allí subió los huesos de Saúl y de su hijo Jonatán y los juntó con los huesos de los que habían sido colgados. (2 Samuel 21, 13)

  • Desafió a Israel, pero Jonatán, hijo de Simá, hermano de David, lo mató. (2 Samuel 21, 21)

  • Elyjhá de Saalbón, Yasen, hijo de Jonatán, (2 Samuel 23, 32)

  • No había terminado de hacer esta pregunta, cuando se presentó Jonatán, hijo de Abiatar. Al verlo, Adonías le dijo: «¡A ver!, tú que eres un hombre honrado nos traerás seguramente buenas noticias.» (1 Reyes 1, 42)

  • Hijos de Yadá, hermano de Samay, fueron Jéter y Jonatán; Jéter murió sin hijos. (1 Crónicas 2, 32)

  • Hijos de Jonatán: Pélet y Zazá. Estos fueron los descendientes de Jerajmeel. (1 Crónicas 2, 33)

  • Ner fue padre de Quis; éste de Saúl, éste de Jonatán, Malquisúa, Abinadab e Isbaal. (1 Crónicas 8, 33)

  • Jonatán fue padre de Meribaal, éste de Mica, (1 Crónicas 8, 34)

  • Ner fue padre de Quis, éste de Saúl, éste de Jonatán, Malquisua, Abinadab e Isbaal. (1 Crónicas 9, 39)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina