Gefunden 137 Ergebnisse für: Enemigo

  • Pero Israel ha rechazado el bien y por eso el enemigo lo perseguirá. (Oseas 8, 3)

  • Efraím monta guardia ante mi Dios y el profeta trata de impedir que el enemigo llegue de sorpresa, anunciando el ataque contra el templo de sus ídolos. (Oseas 9, 8)

  • Por eso, lo afirma Yavé, el enemigo invadirá tu territorio, tu poder se irá al suelo y tus palacios serán saqueados. (Amós 3, 11)

  • Juro por mí mismo, dice el Señor Yavé, el Dios de los Ejércitos: Yo aborrezco el lujo insolente de Jacob y detesto sus palacios; por eso entregaré en manos del enemigo la ciudad con todos sus habitantes. (Amós 6, 8)

  • Yavé sacará de Juda a su enemigo, al que medita el mal. (Nahún 1, 11)

  • También tú quedarás ebria, También tú buscarás un refugio contra el enemigo. (Nahún 3, 11)

  • Pues antes ni los hombres recibían su salario ni los animales su alimento; nadie podía viajar de un lado a otro con tranquilidad, debido al enemigo, pues yo dejaba que cada uno se lanzara contra su prójimo. (Zacarías 8, 10)

  • Ustedes han oído que se dijo: «Amarás a tu prójimo y no harás amistad con tu enemigo.» (Evangelio según San Mateo 5, 43)

  • pero mientras la gente estaba durmiendo, vino su enemigo, sembró malas hierbas en medio del trigo, y se fue. (Evangelio según San Mateo 13, 25)

  • Respondió el patrón: «Eso es obra de un enemigo.» Los obreros le preguntaron: «¿Quieres que arranquemos la maleza?» (Evangelio según San Mateo 13, 28)

  • El enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles. (Evangelio según San Mateo 13, 39)

  • y le dijo: «Tú, hijo del diablo, enemigo de todo bien, eres un sinvergüenza y no haces más que engañar. ¿Cuándo terminarás de torcer los rectos caminos del Señor? (Hecho de los Apóstoles 13, 10)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina