Gefunden 78 Ergebnisse für: Declaración de libertad

  • La ley del Señor es perfecta, es remedio para el alma, toda declaración del Señor es cierta y da al sencillo la sabiduría. (Salmos 19, 8)

  • Concedo la libertad gratuitamente a todos los cautivos que fueron llevados de Judea a todo mi reino. A todos los hago libres de los impuestos que me deben por sus ganados. (1 Macabeos 10, 33)

  • Envió pues, los hijos y los cien talentos, pero Trifón faltó a su palabra y no puso en libertad a Jonatán. (1 Macabeos 13, 19)

  • Pues tanto él como sus hermanos y la familia de sus padres han animado la resistencia, han combatido a los enemigos de Israel y le han devuelto la libertad. Grabaron el texto en tablas de bronce y lo colgaron en las columnas del monte Sión. (1 Macabeos 14, 26)

  • Reúne a los nuestros dispersos, da libertad a los que están esclavizados entre las naciones, vuelve tus ojos a los despreciados y humillados, para que conozcan los paganos que tú eres nuestro Dios. (2 Macabeos 1, 27)

  • A ellos se unió Menelao, quien con toda mala intención incitaba a Antíoco, pues no buscaba la libertad de su patria, sino que esperaba que le dieran de nuevo el cargo de sumo sacerdote. (2 Macabeos 13, 3)

  • Ama al esclavo inteligente como a ti mismo: le darás su libertad. (Sirácides (Eclesiástico) 7, 21)

  • Mientras te quede un soplo de vida, no entregues a nadie tu libertad. (Sirácides (Eclesiástico) 33, 21)

  • Da trabajo a tu esclavo y gozarás de paz; suéltale la rienda y querrá la libertad. (Sirácides (Eclesiástico) 33, 26)

  • Y añadió Yavé: «Que mis discípulos guarden esta declaración cual revelación sellada.» (Isaías 8, 16)

  • Muy pronto saldrá en libertad el prisionero; no morirá en el calabozo, ni le faltará más el pan. (Isaías 51, 14)

  • Ustedes, sin embargo, se convirtieron hace poco e hicieron según mi deseo, proclamando la libertad de sus hermanos. Ese compromiso se tomó en mi presencia, en la casa que mi Nombre ha santificado. (Jeremías 34, 15)


“Deve-se caminhar em nuvens cada vez que se termina uma confissão!” São Padre Pio de Pietrelcina