Gefunden 416 Ergebnisse für: Cristo

  • guarda el mandato, presérvalo de todo lo que pueda mancharlo o adulterarlo hasta la venida gloriosa de Cristo Jesús, nuestro Señor. (1º Carta a Timoteo 6, 14)

  • Pablo, apóstol de Cristo Jesús por decisión de Dios, que nos prometió la vida en Cristo Jesús, (2º Carta a Timoteo 1, 1)

  • a su querido hijo Timoteo. Vengan sobre ti de Dios Padre y de Cristo Jesús, nuestro Señor, la gracia, la misericordia y la paz. (2º Carta a Timoteo 1, 2)

  • El nos ha salvado y nos ha llamado para una vocación santa, no como premio a nuestros méritos, sino gratuitamente y por iniciativa propia. Esta llamada, que nos concedió en Cristo Jesús desde la eternidad, (2º Carta a Timoteo 1, 9)

  • acaba de manifestarse ahora con la aparición de Cristo Jesús, nuestro Salvador, que ha destruido la muerte y ha hecho resplandecer en su Evangelio la vida y la inmortalidad. (2º Carta a Timoteo 1, 10)

  • Toma como norma la sana doctrina que has oído de mí sobre la fe y el amor según Cristo Jesús. (2º Carta a Timoteo 1, 13)

  • En cuanto a ti, hijo, que tu fuerza sea la gracia que tienes en Cristo Jesús. (2º Carta a Timoteo 2, 1)

  • Soporta las dificultades como un buen soldado de Cristo Jesús. (2º Carta a Timoteo 2, 3)

  • Acuérdate de Cristo Jesús, descendiente de David y resucitado de entre los muertos, según mi evangelio. (2º Carta a Timoteo 2, 8)

  • Por eso lo soporto todo por el bien de los elegidos, para que también ellos alcancen la salvación que se nos dio en Cristo Jesús y participen de la gloria eterna. (2º Carta a Timoteo 2, 10)

  • De igual manera serán perseguidos todos los que quieran servir a Dios en Cristo Jesús. (2º Carta a Timoteo 3, 12)

  • Además, desde tu niñez conoces las Sagradas Escrituras. Ellas te darán la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús. (2º Carta a Timoteo 3, 15)


“Que Maria sempre enfeite sua alma com as flores e o perfume de novas virtudes e coloque a mão materna sobre sua cabeça. Fique sempre e cada vez mais perto de nossa Mãe celeste, pois ela é o mar que deve ser atravessado para se atingir as praias do esplendor eterno no reino do amanhecer.” São Padre Pio de Pietrelcina