18. Apenas el hombre nombró el Arca de Dios, Helí cayó de su silla hacia atrás junto a la puerta, se rompió la nuca y murió, pues era viejo y pesado. Hacía cuarenta años que mandaba en Israel.





“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina