Encontrados 305 resultados para: vuestra

  • Cuando Cristo se manifieste, él que es vuestra vida, entonces vosotros también apareceréis con él en la gloria. (Colosenses 3, 4)

  • y que practicabais en vuestra vida pasada. (Colosenses 3, 7)

  • Que vuestra conversación sea siempre agradable, sazonada con la sal de la gracia, sabiendo cómo debéis responder a cada uno. (Colosenses 4, 6)

  • Sin cesar presentamos a Dios, nuestro Padre, la actividad de vuestra fe, la eficacia de vuestro amor y la firmeza de vuestra esperanza en nuestro Señor Jesucristo. (I Tesalonicenses 1, 3)

  • Así es como desde vosotros se ha difundido la palabra del Señor; y no solamente en Macedonia y en Acaya, sino por doquier es conocida vuestra fe en Dios, de suerte que no tenemos necesidad de hablar de ella. (I Tesalonicenses 1, 8)

  • y enviamos a Timoteo, nuestro hermano y ministro de Dios en el evangelio de Cristo, con la misión de confortaros y alentaros en vuestra fe, (I Tesalonicenses 3, 2)

  • Por esto, no pudiendo resistir ya más, le envié para que me informara de vuestra fe; no fuera que os hubiese tentado ya Satanás y hubiera resultado estéril nuestro trabajo. (I Tesalonicenses 3, 5)

  • Ahora Timoteo ha regresado de Tesalónica y nos ha traído buenas noticias de vuestra fe y de vuestro amor, y de cómo conserváis constantemente un afectuoso recuerdo de nosotros, deseando vivamente vernos, lo mismo que nosotros a vosotros. (I Tesalonicenses 3, 6)

  • Con todo ello, y principalmente por vuestra fe, nos habéis procurado un gran consuelo en medio de las presentes tribulaciones y congojas. (I Tesalonicenses 3, 7)

  • Noche y día le pedimos con renovada insistencia que nos conceda veros personalmente y poder completar así lo que falta todavía a vuestra fe. (I Tesalonicenses 3, 10)

  • Ahora bien, ésta es la voluntad de Dios, vuestra santificación: que huyáis de la impureza, (I Tesalonicenses 4, 3)

  • Hermanos, es nuestro deber y es de justicia dar gracias a Dios por vosotros, por los grandes progresos de vuestra fe y por el amor cada vez más grande que os tenéis unos a otros, (II Tesalonicenses 1, 3)


“Vive-se de fé, não de sonhos.” São Padre Pio de Pietrelcina