Encontrados 96 resultados para: volvieron

  • Entonces los israelitas se hicieron fuertes y volvieron a presentar batalla en el mismo lugar del día anterior. (Jueces 20, 23)

  • Los israelitas volvieron la espalda en el combate. Benjamín había matado a unos treinta hombres de Israel y se decía: "Están vencidos ante nosotros, como en la batalla anterior". (Jueces 20, 39)

  • Los otros volvieron la espalda y huyeron al desierto, hacia la roca de Rimón. Los israelitas mataron a cinco mil hombres por las subidas; después los persiguieron hasta Guidón y mataron a dos mil hombres. (Jueces 20, 45)

  • Los de Benjamín lo hicieron así y tomaron de entre las que bailaban una cada uno. Después volvieron cada uno a su heredad, edificaron las ciudades y se establecieron en ellas. (Jueces 21, 23)

  • Los israelitas se fueron cada uno a su tribu y a su clan y volvieron cada uno a su heredad. (Jueces 21, 24)

  • Los cinco jefes filisteos, después de ver aquello, se volvieron aquel mismo día a Ecrón. (I Samuel 6, 16)

  • Los filisteos fueron derrotados. No volvieron a invadir el territorio de Israel, y la mano del Señor pesó sobre los filisteos durante toda la vida de Samuel. (I Samuel 7, 13)

  • Pero sus hijos no siguieron sus caminos; se volvieron ambiciosos, se dejaban sobornar y dictaban sentencias injustas. (I Samuel 8, 3)

  • Los hebreos que estaban antes con los filisteos y habían subido con ellos al campamento se volvieron también para ponerse al lado de los israelitas que estaban con Saúl y Jonatán. (I Samuel 14, 21)

  • Los jóvenes de David se volvieron por donde habían ido. Cuando llegaron, le contaron a David lo que Nabal había dicho. (I Samuel 25, 12)

  • Los filisteos volvieron a ocupar el valle de Refaín. (II Samuel 5, 22)

  • Se llevó cautivos a sus habitantes y los puso a trabajar con sierras, picos y hachas y a hacer ladrillos. Lo mismo hizo con las ciudades de los amonitas. David y todo su ejército volvieron a Jerusalén. (II Samuel 12, 31)


“Ouço interiormente uma voz que constantemente me diz: Santifique-se e santifique!” São Padre Pio de Pietrelcina