Encontrados 121 resultados para: victoria de Gedeón

  • Gedeón tuvo setenta hijos, pues tenía muchas mujeres. (Jueces 8, 30)

  • Gedeón, hijo de Joás, murió en buena ancianidad y fue sepultado en la tumba de su padre, Joás, en Ofrá de Abiezer. (Jueces 8, 32)

  • Al morir Gedeón, los israelitas volvieron a prostituirse ante los baales y tomaron por dios a Baal Berit. (Jueces 8, 33)

  • y no demostraron agradecimiento a la casa de Yerubaal, o sea Gedeón, por todo el bien que había hecho a Israel. (Jueces 8, 35)

  • Devorado por la sed, clamó al Señor: "Tú me has dado esta gran victoria, ¿y ahora me voy a morir de sed y a caer en manos de esos incircuncisos?". (Jueces 15, 18)

  • Ana oró de esta manera: "Tengo el corazón alegre gracias al Señor, la frente alta gracias a Dios y la boca abierta contra mis enemigos; yo me regocijo en tu victoria. (I Samuel 2, 1)

  • Jonatán dijo a su escudero: "Vamos, pasemos a la guarnición de estos incircuncisos. Quién sabe lo que el Señor hará por nosotros, porque nada impide al Señor dar la victoria con muchos o pocos". (I Samuel 14, 6)

  • y todos reconocerán que no es por la espada ni por la lanza como el Señor da la victoria, porque la batalla es de Dios y os entregará en nuestras manos". (I Samuel 17, 47)

  • Él expuso su propia vida, mató al filisteo y el Señor dio una gran victoria a todo Israel. Lo viste tú mismo y te alegraste. ¿Por qué quieres hacerte reo de sangre inocente, matando a David sin razón?". (I Samuel 19, 5)

  • David puso guarniciones en Siria de Damasco, y los sirios le quedaron sometidos y le pagaron tributo. El Señor daba la victoria a David por dondequiera que iba. (II Samuel 8, 6)

  • Puso guarniciones en Edón, y los edomitas quedaron sometidos a David. El Señor daba la victoria a David por dondequiera que iba. (II Samuel 8, 14)

  • Y aquel día la victoria se cambió en luto para todo el ejército, porque aquel día el ejército supo que el rey estaba afligido por su hijo. (II Samuel 19, 3)


Uma filha espiritual perguntou a Padre Pio: “O Senhor cura tantas pessoas, por que não cura esta sua filha espiritual?” Padre Pio respondeu-lhe em voz baixa: “E não nos oferecemos a Deus?” São Padre Pio de Pietrelcina