Encontrados 54 resultados para: vendrán
Todas las naciones que tú hiciste vendrán a ti, Señor, para adorarte y glorificar tu nombre. (Salmos 86, 9)
vendrán muchos pueblos y dirán: Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob, para que nos enseñe sus caminos y caminemos por sus sendas. Pues de Sión saldrá la ley y de Jerusalén la palabra del Señor. (Isaías 2, 3)
Vendrán y se posarán en masa en los barrancos abruptos, en las hendiduras de las rocas, en todos los matorrales y en todas las praderas. (Isaías 7, 19)
Aquel día se tocará la gran trompeta, y vendrán los perdidos en el país de Asiria y los dispersos en el país de Egipto; a adorar al Señor en el monte santo, en Jerusalén. (Isaías 27, 13)
Vendrán días en que todo lo que hay en tu palacio y lo que han atesorado tus padres hasta el día de hoy será llevado a Babilonia; nada quedará -dice el Señor-. (Isaías 39, 6)
diciendo: ¡Sólo en el Señor está la salvación! A él vendrán avergonzados todos los que se enfurecían contra él. (Isaías 45, 24)
Multitud de camellos te cubrirá, dromedarios de Madián y de Efá; todos vendrán de Sabá, trayendo oro e incienso y cantando las glorias del Señor. (Isaías 60, 6)
Encorvados vendrán a ti los hijos de tus opresores, a tus pies se prosternarán todos los que te ultrajan y te llamarán: Ciudad del Señor, Sión del Santo de Israel. (Isaías 60, 14)
Extranjeros vendrán a apacentar vuestros rebaños, extraños serán vuestros labradores y vendimiadores. (Isaías 61, 5)
Pues aquí estoy yo para convocar a todos los reinos del norte, dice el Señor. Vendrán y pondrán cada uno su sede ante las puertas de Jerusalén, alrededor de sus muros y ante todas las ciudades de Judá. (Jeremías 1, 15)
En aquellos días irán de la mano la casa de Judá y la casa de Israel, y juntas vendrán del país del norte a la tierra que yo di en herencia a vuestros padres. (Jeremías 3, 18)
Oh Señor, mi fuerza y mi fortaleza, mi refugio en el día de la tribulación; a ti vendrán las naciones desde los confines de la tierra y dirán: Sólo mentira poseyeron nuestros padres, vanidad e impotencia. (Jeremías 16, 19)