Encontrados 68 resultados para: vamos

  • Caín dijo a su hermano Abel: "Vamos al campo". Cuando se encontraron en el campo, Caín atacó a su hermano Abel y le mató. (Génesis 4, 8)

  • Vamos a matarlo: lo echamos en una cisterna y luego decimos que una bestia feroz lo devoró. Veremos en qué paran sus sueños". (Génesis 37, 20)

  • Vamos a vendérselo a los ismaelitas, y no pongamos nuestras manos en él; es nuestro hermano, es nuestra misma carne". Sus hermanos le hicieron caso. (Génesis 37, 27)

  • En Egipto y Canaán se acabó el dinero. Todos los egipcios se llegaron a José diciéndole: "Danos pan; ¿es que vamos a morir ante tus ojos porque no tenemos ya dinero?". (Génesis 47, 15)

  • Los egipcios instaban al pueblo a salir cuanto antes del país, porque decían: "Vamos a morir todos". (Exodo 12, 33)

  • y les dijeron: "Estamos impuros por haber tocado un cadáver; ¿por qué no vamos a presentar la ofrenda al Señor con los demás israelitas?". (Números 9, 7)

  • Se levantaron muy de mañana para subir a la cima de la montaña, diciendo: "Vamos a subir a la tierra de que nos habló el Señor, pues hemos pecado". (Números 14, 40)

  • Cualquiera que se acerque a la morada del Señor, morirá. ¿Vamos a morir todos?". (Números 17, 28)

  • ¿Dónde vamos a ir? Nuestros hermanos nos han desanimado al decirnos: Son más numerosos y más fuertes que nosotros; las ciudades son grandes, y sus murallas llegan hasta el cielo. Hemos visto entre ellos incluso descendientes de Anac. (Deuteronomio 1, 28)

  • y éstos se cumplen, pero luego te dice: Vamos tras otros dioses que tú conoces, y démosles culto, (Deuteronomio 13, 3)

  • cuando entremos en la ciudad, atarás a la ventana por la que nos vamos a descolgar esta cinta de color escarlata, y reunirás junto a ti, en casa, a tu padre, a tu madre, a tus hermanos y a toda tu familia. (Josué 2, 18)

  • Entonces los hombres de la ciudad dijeron a Joás: "Saca a tu hijo, que lo vamos a matar, porque ha destruido el altar de Baal y ha cortado el cipo que estaba junto a él". (Jueces 6, 30)


“Recorramos a Jesus e não às pessoas, pois só ele nunca nos faltará.” São Padre Pio de Pietrelcina