Encontrados 35 resultados para: tuyos

  • Respondieron a Josué: "Somos siervos tuyos". Y Josué les preguntó: "¿Quiénes sois y de dónde venís?". (Josué 9, 8)

  • Pero no haré desaparecer de mi altar a todos los tuyos, para que se consuman de envidia sus ojos y desfallezca de dolor su alma; y la mayor parte de tu familia morirá por la espada en la plenitud de la edad. (I Samuel 2, 33)

  • Así, pues, ordena que me corten cedros del Líbano. Mis súbditos se unirán a los tuyos, y yo te daré por tus súbditos el salario que tú me digas. Porque bien sabes que entre nosotros no hay nadie que sepa cortar los árboles como los sidonios". (I Reyes 5, 20)

  • Y ellos le respondieron: "Si hoy eres condescendiente con este pueblo, les complaces y les respondes con buenas palabras, serán siempre servidores tuyos". (I Reyes 12, 7)

  • Ocozías, hijo de Ajab, había dicho a Josafat: "Que mis súbditos vayan con los tuyos en las naves". Pero Josafat no había querido. (I Reyes 22, 50)

  • El rey volvió a enviar un tercer capitán con sus cincuenta soldados. Pero este tercer capitán fue, se postró de rodillas ante Elías y le suplicó: "Hombre de Dios, ¡por favor! Que mi vida y la de estos cincuenta siervos tuyos sea preciosa a tus ojos. (II Reyes 1, 13)

  • El espíritu se apoderó de Amasay, jefe de los treinta, que dijo: "¡Somos tuyos, David. Estamos contigo, hijo de Jesé. La paz, la paz contigo y con los tuyos, porque tu ayuda es Dios!". David los recibió y los puso entre los jefes de tropa. (I Crónicas 12, 19)

  • Joab respondió: "¡El Señor multiplique su pueblo cien veces más! ¡Oh rey, señor mío!, ¿no son todos servidores tuyos? ¿Para qué hacer este censo, señor? ¿Por qué cargar esta culpa sobre Israel?". (I Crónicas 21, 3)

  • Mándame también madera de cedro, ciprés y sándalo del Líbano, pues conozco bien la habilidad de tus súbditos en derribar los árboles del Líbano. Mis súbditos trabajarán con los tuyos. (II Crónicas 2, 7)

  • Ellos le respondieron: "Si hoy eres condescendiente con este pueblo, los complaces y les respondes con buenas palabras, serán siempre servidores tuyos". (II Crónicas 10, 7)

  • Tuyas son también nuestras ciudades, y siervos tuyos sus habitantes. Trátalos como quieras". (Judit 3, 4)

  • Por eso, si no quieres, señor, que perezca ninguno de los tuyos, no los ataques en lucha ordenada. (Judit 7, 11)


“Ouço interiormente uma voz que constantemente me diz: Santifique-se e santifique!” São Padre Pio de Pietrelcina