Encontrados 160 resultados para: tuvo

  • Trifón, al ver las tropas con que había llegado, tuvo miedo de echarle mano. (I Macabeos 12, 42)

  • Mientras vivió Simón, la región tuvo paz. Buscó el bienestar de su país, agradó al pueblo su gobierno y gozó de su poder mientras vivió. (I Macabeos 14, 4)

  • Y Jasón, que había suplantado a su hermano, suplantado a su vez por otro, tuvo que huir al país de los amonitas. (II Macabeos 4, 26)

  • Pero no pudo sostenerse en el poder y, manchado con la traición, tuvo que huir de nuevo a la tierra de Amán. (II Macabeos 5, 7)

  • Y el que a muchos había dejado en su tierra sin sepultura, no tuvo quien lo llorase, ni pudo ser enterrado en el sepulcro de sus padres. (II Macabeos 5, 10)

  • Cuando el rey tuvo noticia de todo esto, temió que toda Judea se le iba a separar y sublevar; por esto subió de Egipto hecho una fiera, tomó la ciudad por las armas, (II Macabeos 5, 11)

  • No fue esto sólo. El rey tuvo la osadía de entrar en el templo más santo de la tierra, guiado por Menelao, traidor a su patria y a sus leyes. (II Macabeos 5, 15)

  • y el que tuvo lugar en Babilonia en la batalla contra los gálatas, en la que lucharon ocho mil judíos y cuatro mil macedonios; y a pesar de que los macedonios no sabían qué hacer, los ocho mil judíos aniquilaron a ciento veinte mil enemigos con la ayuda que les vino del cielo, y consiguieron un gran botín. (II Macabeos 8, 20)

  • Por aquel tiempo Antíoco tuvo que volverse de Persia cubierto de vergüenza. (II Macabeos 9, 1)

  • Había entrado en la ciudad de Persépolis, intentando saquear el templo y apoderarse de la ciudad; pero la muchedumbre empuñó las armas y atacó con gran ímpetu, y Antíoco con los suyos tuvo que huir avergonzado. (II Macabeos 9, 2)

  • Al llegar a Ecbatana, tuvo noticia de lo sucedido a Nicanor y a Timoteo. (II Macabeos 9, 3)

  • Tuvo noticia de que Filipo, a quien había dejado al frente del reino en su ausencia, se había sublevado, y quedó consternado. Pidió la paz a los judíos y juró acceder a sus justas peticiones. Se reconcilió con ellos, ofreció sacrificios, llenó de honores el templo y lo trató con benevolencia. (II Macabeos 13, 23)


“O grau sublime da humildade é não só reconhecer a abnegação, mas amá-la.” São Padre Pio de Pietrelcina