Encontrados 782 resultados para: templo
Animado por el vino, Baltasar mandó traer las copas de oro y plata que su padre Nabucodonosor se había llevado del templo de Jerusalén, para que bebieran en ellas el rey, sus dignatarios, sus mujeres y sus concubinas. (Daniel 5, 2)
Trajeron las copas de oro y plata, robadas en el santuario del templo de Dios, en Jerusalén, y bebieron en ellas el rey, sus dignatarios, sus mujeres y sus concubinas. (Daniel 5, 3)
más aún, te has levantado contra el Señor del cielo: has mandado traer las copas de su templo, y tú, tus dignatarios, tus mujeres y tus concubinas habéis bebido vino en ellas. Has celebrado a los dioses de oro y plata, de bronce, hierro, madera y piedra, que no ven, ni oyen, ni entienden, pero no has glorificado al Dios que tiene en sus manos tu propio aliento y todos tus caminos. (Daniel 5, 23)
Hará un pacto firme con mucha gente durante una semana, y a la mitad de la semana pondrá fin a los sacrificios y a las ofrendas. Y en el templo se cometerá un sacrilegio horrible, hasta que la ruina decretada caiga sobre el devastador". (Daniel 9, 27)
El rey y Daniel se dirigieron al templo de Bel; (Daniel 14, 10)
los sacerdotes de Bel dijeron: "Mira, nosotros nos salimos de aquí, y tú, oh rey, haz servir los manjares y el vino preparado; luego cierra la puerta y séllala con tu anillo. Si mañana por la mañana, al volver al templo, no encuentras que todo ha sido comido por Bel, nosotros moriremos; pero en caso contrario morirá Daniel, que miente contra nosotros". (Daniel 14, 11)
Pero Daniel mandó a sus criados que trajeran ceniza y la esparcieron con un cedazo por todo el templo en presencia del rey; lego salieron, cerraron la puerta, la sellaron con el anillo del rey y se fueron. (Daniel 14, 14)
Al día siguiente, muy de mañana, el rey se dirigió al templo con Daniel. (Daniel 14, 16)
Entonces el rey mandó matarlos a todos y entregó a Bel en manos de Daniel, el cual lo destruyó juntamente con su templo. (Daniel 14, 22)
Pero en Betel no continúes profetizando, porque es santuario del rey y templo del reino". (Amós 7, 13)
En aquel día los cánticos del templo se convertirán en aullidos, -dice el Señor, Dios-. Serán muchos los cadáveres; silenciosamente se los arrojará en cualquier lugar. (Amós 8, 3)
Yo dije: ¡Soy rechazado lejos de tus ojos! ¿Cómo podré volver a contemplar tu santo templo? (Jonás 2, 5)