Encontrados 287 resultados para: tanto

  • No dejamos de acordarnos de vosotros tanto en las solemnidades como en los demás días, en los sacrificios que ofrecemos y en las oraciones, pues es justo y conveniente recordar a los hermanos. (I Macabeos 12, 11)

  • Pues tanto él como sus hijos y la casa de sus padres han demostrado valentía, han luchado contra los enemigos de Israel y nos han devuelto la libertad". Grabaron una inscripción en placas de bronce y las colgaron en columnas en el monte Sión. (I Macabeos 14, 26)

  • El rey Antíoco acampó frente a Dora, en el suburbio, avanzando siempre con sus fuerzas, sirviéndose de las máquinas. Estrechó el cerco tanto, que nadie podía ni entrar ni salir. (I Macabeos 15, 25)

  • Lo hicieron, y cuando llegó el momento en que comenzó a brillar el sol, que había estado velado por nubes hasta entonces, se encendió un fuego grande, tanto que todos quedaron estupefactos. (II Macabeos 1, 22)

  • las manifestaciones celestes en favor de aquellos que luchaban valientemente por la causa del judaísmo, tanto que siendo pocos libertaron todo el país y pusieron en fuga a ejércitos extranjeros, (II Macabeos 2, 21)

  • tanto que Saleuco, rey de Asia, proveía de sus propias rentas a los gastos de todos los sacrificios. (II Macabeos 3, 3)

  • Heliodoro, en tanto, comenzaba a ejecutar sus intentos. (II Macabeos 3, 23)

  • creció tanto la enemistad, que uno de los partidarios de Simón cometió algunos asesinatos. (II Macabeos 4, 3)

  • Mientras tanto, en Jerusalén, Lisímaco cometía muchos robos con asentimiento de Menelao. Al saberlo, el pueblo se sublevó contra Lisímaco, pero ya muchos objetos habían sido exportados. (II Macabeos 4, 39)

  • En tanto que el Señor tiene paciencia con las otras gentes para darles el castigo cuando han llegado a la plenitud de la maldad, quiere conducirse con nosotros de una manera muy diversa. (II Macabeos 6, 14)

  • Por tanto, renunciaré valientemente a mi vida y me mostraré digno de mi ancianidad, (II Macabeos 6, 27)

  • Otros, en tanto, subieron igualmente a la muralla, prendieron fuego a las torres y a las puertas y encendieron hogueras en las que quedaron abrasados vivos los blasfemos; derribaron las puertas, entraron todos los demás y se apoderaron de la ciudad. (II Macabeos 10, 36)


“Se quisermos colher é necessário não só semear, mas espalhar as sementes num bom campo. Quando as sementes se tornarem plantas, devemos cuidá-las para que as novas plantas não sejam sufocadas pelas ervas daninhas.” São Padre Pio de Pietrelcina