Encontrados 21 resultados para: sirven

  • Si se muere uno de los animales que os sirven de alimento, quien toque el cadáver quedará impuro hasta la tarde; (Levítico 11, 39)

  • Pues los ojos del Señor recorren toda la tierra para sostener a cuantos le sirven de todo corazón. Tú has obrado como un insensato, por lo cual a partir de ahora vivirás en guerra". (II Crónicas 16, 9)

  • Viva Nabucodonosor, rey de toda la tierra, y viva su poder, que te ha enviado para restablecer el orden en todos los seres vivientes; ya que, gracias a ti, no sólo los hombres le sirven, sino hasta las bestias salvajes, los animales domésticos y las aves del cielo viven, gracias a tu poder, para Nabucodonosor y toda su dinastía. (Judit 11, 7)

  • Se admiten con gusto las palabras imparciales; pero ¿para qué sirven vuestras críticas? (Job 6, 25)

  • En el día de la ira las riquezas de nada sirven, pero la justicia libra de la muerte. (Proverbios 11, 4)

  • porque tuvieron por dioses a todos los ídolos de los gentiles, cuyos ojos no les sirven para ver, ni sus narices para respirar, ni sus oídos para oír, ni los dedos de sus manos para tocar, y cuyos pies están paralizados. (Sabiduría 15, 15)

  • Los que la sirven sirven al Santo, los que la aman son amados del Señor. (Eclesiástico 4, 14)

  • El sabio en hablar se hace amable, pero las gracias de los insensatos para nada sirven. (Eclesiástico 20, 13)

  • Sabiduría oculta y tesoro escondido, ¿para qué sirven uno y otro? (Eclesiástico 20, 30)

  • Quien me obedece no será avergonzado, y los que me sirven no pecarán. (Eclesiástico 24, 22)

  • Los escultores de ídolos, todos juntos, no son nada; sus obras, que tanto aprecian, no sirven para nada. Sus testigos no ven nada, ni se enteran de nada. Por eso serán avergonzados. (Isaías 44, 9)

  • Sus telas no sirven para vestirse, ni sus tejidos valen para cubrirse. Sus acciones son acciones criminales, sólo violencia hay en sus manos. (Isaías 59, 6)


“O temor e a confiança devem dar as mãos e proceder como irmãos. Se nos damos conta de que temos muito temor devemos recorrer à confiança. Se confiamos excessivamente devemos ter um pouco de temor”. São Padre Pio de Pietrelcina