Encontrados 394 resultados para: siete lámparas

  • Pero Dios le contestó: Me he reservado siete mil hombres que no han doblado la rodilla ante Baal. (Romanos 11, 4)

  • Por la fe cayeron los muros de Jericó, después de dar la vuelta a su alrededor durante siete días. (Hebreos 11, 30)

  • Juan, a las siete Iglesias de Asia: a vosotros la gracia y la paz de parte del que es, el que era y el que viene, y de parte de los siete espíritus que están delante de su trono; (Apocalipsis 1, 4)

  • que decía: "Lo que ves escríbelo en un libro y mándaselo a las siete Iglesias: a Éfeso, a Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardes, Filadelfia y Laodicea". (Apocalipsis 1, 11)

  • Me volví para ver quién me hablaba; y, al volverme, vi siete candelabros de oro, (Apocalipsis 1, 12)

  • en su mano derecha tenía siete estrellas, y de su boca salía una espada aguda de dos filos; su cara era como el sol que brilla en todo su esplendor. (Apocalipsis 1, 16)

  • Éste es el secreto de las siete estrellas que has visto en mi mano derecha y de los siete candelabros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete Iglesias, y los siete candelabros son las siete Iglesias". (Apocalipsis 1, 20)

  • Escribe al ángel de la Iglesia de Éfeso: Esto es lo que dice el que tiene las siete estrellas, el que camina en medio de los siete candelabros de oro. (Apocalipsis 2, 1)

  • Escribe al ángel de la Iglesia de Sardes: Esto es lo que dice el que tiene los siete espíritus de Dios y las siete estrellas. Conozco tus obras: tú pasas por vivo, pero estás muerto. (Apocalipsis 3, 1)

  • Del trono salían rayos, voces y truenos. Siete lámparas de fuego ardían delante del trono (que son los siete espíritus de Dios). (Apocalipsis 4, 5)

  • Vi en la mano derecha del que está sentado en el trono un libro escrito por las dos caras, sellado con siete sellos. (Apocalipsis 5, 1)

  • Uno de los ancianos me dijo: Deja de llorar, que ha vencido el león de la tribu de Judá, el vástago de David; él abrirá el libro y sus siete sellos. (Apocalipsis 5, 5)


“Jesus está com você, e o Cireneu não deixa de ajudar-te a subir o Calvário.” São Padre Pio de Pietrelcina