Encontrados 458 resultados para: siempre

  • Las barras estarán siempre en los anillos y no se sacarán de ellos. (Exodo 25, 15)

  • El fuego permanecerá siempre encendido sobre el altar, sin apagarse nunca. El sacerdote añadirá cada mañana nueva leña, pondrá encima el holocausto y quemará las grasas de los sacrificios de reconciliación. (Levítico 6, 5)

  • El fuego debe permanecer siempre encendido sobre el altar, sin apagarse nunca". (Levítico 6, 6)

  • Si no se ha hecho el rescate dentro del año, esta casa, enclavada dentro de una ciudad amurallada, será para siempre del comprador y de sus descendientes; no perderán la propiedad ni siquiera el año del jubileo. (Levítico 25, 30)

  • En cuanto a las ciudades de los levitas y las casas que éstos poseen en ellas, conservan siempre el derecho de rescate. (Levítico 25, 32)

  • Te pertenecerá también lo que se reserva de las ofrendas de los israelitas que han sido hechas con el rito de presentación; te lo doy a ti y a tus hijos por estatuto perpetuo. Podrán comer todos los de tu casa siempre que estén puros. (Números 18, 11)

  • La burra dijo a Balaán: "¿No soy tu burra, que te ha servido siempre de cabalgadura hasta hoy? ¿Te he hecho yo nunca cosa semejante?". Él respondió: "No". (Números 22, 30)

  • Balaán vio a Amalec y continuó su profecía: "Amalec: primicia de las naciones, pero su posteridad perecerá para siempre". (Números 24, 20)

  • Naves de la parte de Kittim, oprimen a Asiria, oprimen a Eber; también ellos perecerán para siempre". (Números 24, 24)

  • El Señor permite que las hijas de Selofjad se casen con quien quieran, siempre que sea dentro de uno de los clanes pertenecientes a la tribu de su padre. (Números 36, 6)

  • En efecto, ¿qué nación hay tan grande que tenga dioses tan cercanos a ella como lo está de nosotros el Señor, nuestro Dios, siempre que le invocamos? (Deuteronomio 4, 7)

  • ¡Oh, si tuvieran siempre ese mismo corazón, siempre me temerían, guardarían mis mandamientos y serían felices ellos y sus hijos! (Deuteronomio 5, 29)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina